Jasper Johns muestra sus emociones
El IVAM repasa los últimos 20 años de la trayectoria del artista a través de 87 obras
Jasper Johns (Augusta, Georgia, 1930) se ganaba la vida como escaparatista en Manhattan hasta que mostró su obra en una exposición en 1958. Desde entonces no ha abandonado el primer plano del panorama artístico mundial. Pero ya no pinta apenas sus icónicas banderas o dianas -"cosas que la razón ya conoce", explicaba en 1984-, que le hicieron acreedor de un gran reconocimiento por parte de la crítica y del público. La exposición Cosas del pasado y del presente: Jasper Johns desde 1983, que ayer se inauguró en el IVAM, escenifica cambios en su trayectoria con la introducción de nuevos motivos en su obra que le han llevado a mostrar su lado más autobiográfico.
A mediados de los años ochenta, Jasper Johns dejó de esconder su personalidad, su estado psicológico, sus emociones, porque le parecía una batalla perdida, según explicó él mismo. "Al final hay que abandonar la reserva sin más. Creo que algunos cambios que presentan mis obras tienen relación con esto", decía el artista en una entrevista de 1984. La exposición del IVAM comprende desde alusiones a recuerdos de su infancia hasta objetos de su estudio, pasando por material gráfico propio o ajeno. La muestra, comisariada por Joan Rothfuss, consta de 87 obras, de las cuales una cincuentena son grabados realizados con diversas técnicas por el artista, considerado uno de los precursores del pop art. Además se incluyen 21 dibujos, seis pinturas y tres libros, que completan la selección que se puede ver hasta el 2 de enero. El artista declinó asistir a la presentación. Patrocinada por Bancaixa y producida por el Walker Art Center de Minneapolis, en colaboración con el IVAM, la exposición se ha exhibido en la ciudad del Estado de Minnesota, en Carolina del Sur y en Edimburgo, antes de recalar en Valencia. Posteriormente se exhibirá en Dublín.
El recorrido expositivo se ha organizado a partir de las diferentes series elaboradas por el artista en los últimos 20 años. Se detiene especialmente en el notable lienzo Ventrílocuo. En él, Johns introduce objetos cotidianos de un cuarto de baño de una antigua casa en Nueva York. La comisaria señala en el catálogo que algunos escritores han observado que en la época en que realizó este importante cuadro Johns había visto la obra de Frida Kahlo Lo que me dio el agua, que la representa en una bañera contemplando escenas de su vida flotando sobre el agua. El artista desarrolló más pinturas de baño a finales de los ochenta, añadiendo motivos nuevos. De modo que se puede establecer ciertos vínculos con obras como Los bañistas, de Cézanne, y sobre todo con la última obra de Duchamp.
En la serie Las estaciones, Johns aborda el ciclo de la vida humana, la muerte y el renacimiento mediante una docena de obras, entre pinturas, grabados y dibujos, que representan la propia trayectoria del artista.
En otra serie el artista incorpora calcos de obras de Grünewald y Holbein, vaciándolas y llenándolas de nuevo con sus propias imágenes con el fin de explorar las posibilidades expresivas de piezas figurativas. También utiliza contornos de una pintura de Manet o de otros artistas como Picasso.
A finales de los años ochenta, Johns desarrolla el concepto de muro del estudio en piezas en las que indaga la interacción entre las pinturas y los recuerdos. Además, introduce variaciones sobre el tema de la apariencia fragmentada o doble del espejo.
Por último, en 1997 el artista emprende un conjunto de obras englobadas en la serie Catenaria debido a su principal motivo, que alude a la curva que describe un cable suspendido.
La figuración, la abstracción, el posexpresionismo, el neodadaísmo y el nuevo realismo confluyen en la obra de Johns, que entró en contacto con algunas figuras de la escena artística de Nueva York e internacional al trabar amistad con el músico vanguardista John Cage y con el artista proteico Robert Rauschenberg, también precursor del arte pop. Así conoció a Marcel Duchamp o al coreógrafo Merce Cunningham.
La última gran exposición retrospectiva de Jasper Johns tuvo lugar en 1996 en el Museum of Modern Art de Nueva York.
Al acto de presentación de la muestra del IVAM, diseñada por el estudio de Jesús Moreno, acudió la coleccionista y patrocinadora del Walker Art Center Judy Dayton. El coordinador de la exposición por parte del IVAM, Josep Salvador, incidió en que con esta muestra se salda "una deuda pendiente" del museo.
La directora del IVAM, Consuelo Ciscar, destacó el "afán experimentador" del creador estadounidense, que le lleva a "hacer una disociación de lo cotidiano, ensamblando de manera heterodoxa objetos y términos, manchas y superficies monocromas". Además, Ciscar apostilló la respuesta de Salvador relativa a la dificultad económica que entraña organizar una exposición de formato grande con las pinturas más populares de Johns, señalando con humor que estaría encantada de poder hacerlo con el patrocinio de Bancaixa. A su lado estaba el representante de la entidad financiera, Vicente Montesinos.
Babelia
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