Se rompe en Francia el consenso sobre la crisis de los rehenes

El consenso político sobre la crisis de los rehenes franceses en Irak, juzgado modélico, se ha venido abajo al conocerse la "mediación paralela" conducida por el diputado Didier Julia, miembro del partido gubernamental, Unión por un Movimiento Popular (UMP). La sorpresa ha sido mayúscula al saber que este diputado no se limitó a intervenir en los últimos días, sino que no ha parado de hacerlo desde el 5 de septiembre, día en que voló a Jordania en un avión prestado por el presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo.

Colaboradores de Jacques Chirac estuvieron informados de los pasos dados por el grupo de mediadores subterráneos, según aseguró ayer el vespertino Le Monde. El portavoz del presidente de la República, Jérôme Bonnafont, reaccionó a esta información reiterando que las autoridades francesas no habían aprobado ni sostenido "la iniciativa personal" del diputado Julia. Pero este último aterrizó anoche en París, confirmando que la presidencia francesa había estado al tanto de los pasos dados, si bien intentó salvar a Chirac matizando que él había actuado "sin mandato de nadie".

Si los tejemanejes hubieran conseguido la liberación de los periodistas secuestrados, nadie habría hecho demasiadas preguntas. Pero donde no hay harina, todo es mohína. A lo largo del mes transcurrido se han mezclado otros nombres, entre ellos el de una persona con relaciones antiguas de negocio con el régimen de Sadam Huseim, y además, ex guardaespaldas del número dos del partido ultraderechista francés Frente Nacional. Pues bien, éste es el personaje que llamó a una emisora de radio francesa asegurando que estaba en Irak y que tenía a los rehenes a su lado, cuando en realidad no salió de las cercanías de Damasco.

Agitación y confusión

El líder socialista, François Hollande, ha decidido que ya está bien de supercherías y exige al partido gubernamental y al Ejecutivo "el cese inmediato de esta agitación y de esta confusión". La diputada socialista Ségolène Royal ha pedido explicaciones parlamentarias por unas gestiones "humillantes" para la diplomacia francesa. El propio jefe de esa diplomacia, Michel Barnier, reconoce que la pista seguida por sus servicios para dar con los secuestrados se interrumpió el 28 de septiembre, cuando entraron en escena los "paralelos".

¿Quién ha estado, en realidad, detrás de la operación subterránea? El interés de sus promotores por servirse de Siria como base desata la especulación de que los servicios secretos de ese país conocen el paradero de los periodistas secuestrados. Algunos observadores creen que lo han hecho para vengarse del apoyo de París a la resolución de la ONU sobre la retirada siria de Líbano. El diputado Julia, en fin, insinúa que los sirios han conseguido arrancar a los rehenes de las manos del Ejército Islámico en Irak -el grupo que los secuestró- y que la vida de éstos "ya no corre peligro".