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La OSCE critica las restricciones para editar en EE UU libros de varios países

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha exigido a Estados Unidos que retire las restricciones respecto a las publicaciones procedentes de Cuba, Irán, Sudán y otros Estados sometidos a embargo comercial.

Los editores estadounidenses están obligados a solicitar autorización al Gobierno para publicar textos procedentes de dichos países. De lo contrario, se arriesgan a poder llegar a sufrir condenas de hasta 10 años de cárcel o ser castigados con multas de hasta 500.000 dólares.

"Si en los años setenta y ochenta Estados Unidos hubiera impuesto contra Hungría un embargo comercial, ni yo ni ningún otro disidente hubiera podido dar a conocer sus ideas", afirmó la semana pasada el escritor, poeta y ensayista húngaro Miklos Haraszti, proscrito en su país antes de la caída del telón de acero y portavoz para la libertad de prensa de la OSCE. Haraszti envió una carta al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, recordándole que el Congreso de Washington exigió ya en 1988 y en 1994 que, para garantizar el derecho al "libre flujo de información", se excluyera del embargo comercial todo "material informativo" ( textos, películas, música, carteles...)". "Pero esas enmiendas no se han llevado a la práctica, el Departamento del Tesoro sigue manteniendo restricciones burocráticas absurdas", lamentó Haraszti.

Lo "absurdo", según la protesta elevada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, es que no se ponen trabas a la publicación en Estados Unidos de libros ya existentes en los países embargados, pero se exige a los editores estadounidenses una licencia para participar en la elaboración y sacar a la venta textos inéditos. Además, se restringe la publicidad de dichas ediciones.

Críticas de Rushdie

La Asociación de Editores Americanos (AAP) y otras entidades culturales han exigido ante los tribunales la abolición de los reglamentos que violan "el derecho fundamental de los ciudadanos norteamericanos de conocer el mundo en que viven". También el escritor Salman Rushdie, presidente de la sección estadounidense del Club Pen, criticó las "regulaciones arbitrarias y contraproducentes" .

Entre las publicaciones que tuvieron que ser suspendidas debido a estas regulaciones respecto a la edición de textos procedentes de diferentes Estados figura una antología de la literatura contemporánea iraní; una colección de relatos cortos de autores cubanos de las últimas dos décadas; una edición en inglés y en castellano de La ciudad de las columnas, de Alejo Carpentier; disertaciones iraníes sobre la predicción de terremotos, así como estudios de historia, arqueología, arquitectura y ornitología realizados en diversas universidades cubanas.

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