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Arafat decreta el estado de urgencia en Gaza

El presidente palestino pide que el mundo actúe para detener una ofensiva masiva de Israel

Los carros de combate del Ejército israelí extendieron ayer la ofensiva militar Días de Penitencia a la localidad de Beit Hanún, ubicada en el extremo norte de la franja de Gaza, y a la ciudad de Gaza, en una operación en la que han muerto más de 50 personas. El presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, decretó el estado de urgencia y pidió que "el mundo reaccione inmediatamente" para detener la operación "criminal y racista" que ha lanzado el Ejército israelí.

Los ministros de Asuntos Exteriores de España, Francia, Portugal e Italia reclamaron ayer en Roma que israelíes y palestinos vuelvan a la mesa de negociación y pongan fin a la violencia. El Departamento de Estado de EE UU ha pedido a Israel que no use la fuerza de forma desproporcionada para evitar que se produzcan bajas civiles.

"Los soldados israelíes disparan contra todo lo que se mueve", dice un policía palestino.
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Los ocho palestinos muertos ayer en la operación israelí Días de Penitencia fueron objetivo de proyectiles lanzados desde aeronaves y helicópteros. Otros cuatro palestinos armados con fusiles de asalto AK-47 Kaláshnikov fueron abatidos tras cruzar ayer por el norte la valla que rodea la franja de Gaza y penetrar unos 400 metros en territorio israelí, mientras un hombre de 60 años murió en la ciudad de Rafah, cerca la frontera con Egipto, alcanzado por disparos efectuados desde un asentamiento judío cercano.

Entretanto, en una conferencia de prensa que se desarrolló en una de las mezquitas del campo de refugiados de Yabalia, miembros encapuchados de las Brigadas de Ezedín al Kasam, el brazo armado Hamás, afirmaron que estaban dispuestos a reanudar el disparo de misiles de fabricación artesanal contra la ciudad de Ashquelon, de unos 110.000 habitantes y situada a unos 15 kilómetros al norte de la franja de Gaza.

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Mientras los milicianos del brazo armado reiteraban sus amenazas, los dirigentes políticos de Hamás se mostraban proclives a la negociación, en una una maniobra bien orquestada. Los principales portavoces de Hamás afirmaron que estaban dispuestos a poner fin al disparo de cohetes Kasam si el Ejército israelí se retira del norte de la franja de Gaza. Estos misiles de fabricación casera pueden llegar a tener un alcance de 10 kilómetros. De esta forma si, el Ejército permanece en los límites del campo de refugiados de Yabalia, que dista unos nueve kilómetros de la localidad israelí de Sderot (de 20.000 habitantes), los milicianos de Hamás aún siguen teniendo a tiro a esta población israelí.

Los jefes militares israelíes son conscientes de la dificultad que representa terminar con los ataques con misiles rudimentarios, mientras los miembros de la resistencia palestina pueden haber desarrollado ya cohetes de mayor alcance. De hecho, hace un año, las Brigadas de Ezedín al Kasam hicieron una prueba con un misil que alcanzó la zona industrial de Ashkelon, a unos 14 kilómetros de distancia.

Como tantas otras veces en el pasado, la estrategia de Israel sigue siendo la de machacar con su Ejército a las facciones armadas palestinas para acosar a sus milicianos y no darles tiempo a lanzar cohetes. Posteriormente, las tropas israelíes castigan a la población civil por permitir que se lleven a cabo ese tipo de ataques.

Fadi Muhana, un agente de policía palestino de 30 años y habitante del campo de refugiados de Yabalia, afirma: "Los soldados israelíes disparan contra todo lo que se mueve. Si intentas cruzar ciertas calles, te pegan un tiro, y el resto [de las calles] están bloqueadas por las tiendas de duelo". Los familiares de las víctimas montan tiendas improvisadas donde reciben el pésame de sus vecinos y les ofrecen café amargo.

Yabalia, casi del tamaño de Asquelon, con más de 100.000 habitantes hacinados en un territorio de 1,4 kilómetros cuadrados, es una de las zonas de mayor concentración de refugiados palestinos de todo Oriente Próximo. El desempleo afecta a más de la mitad de su población activa.

Por el momento, las agresiones israelíes se han concentrado en el barrio de Tel al Zatar, en la entrada norte del campo de refugiados, y en el este, donde penetraron las tropas de Israel con carros de combate hasta el mercado central.

Dos familiares de un militante de Yihad Islámica lloran durante el funeral de éste, celebrado ayer en Gaza.
Dos familiares de un militante de Yihad Islámica lloran durante el funeral de éste, celebrado ayer en Gaza.REUTERS

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