Szeemann reúne a 63 artistas en la Bienal Internacional de Sevilla
Serra, Herold, Chillida y Juan Muñoz figuran en la selección
Hace dos años, Harald Szeemann, uno de los popes del arte contemporáneo, llegó al monasterio de La Cartuja, en Sevilla, e ideó fórmulas para convertirlo "en un mundo imaginario". El resultado es La alegría de mis sueños, la I Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla, que se inauguró ayer con 160 obras de 63 artistas. Entre los consagrados están Richard Serra, Maurizio Cattelan, Georg Herold, Eduardo Chillida y Juan Muñoz, pero también hay jóvenes desconocidos de los países del Este y del Oriente Próximo.
"Todos me preguntan sobre mi concepto y mi respuesta es que no tengo un concepto, sino la obligación de dar a la gente la posibilidad de aprender algo; de experimentar los flujos de sentimiento y poesía que recorren las obras", comentó ayer un Harald Szeemann exultante, lleno de la "alegría" que cantaba Camarón y que le ha servido para titular su trabajo.
La performance Mientras dormía, de la japonesa Chiharu Shiota, que presentó a 24 jóvenes durmiendo en camas de hospital entre una selva de enredaderas, y la rampa de patinaje del alemán Michel Majerus -reconstruida según los planos del artista, que falleció hace dos años- fueron algunas de las piezas más celebradas durante la inauguración.
La presencia de Szeemann, suizo de 71 años y que ha sido responsable de una edición de la Documenta de Kassel y dos de la Bienal de Venecia, ha allanado el duro camino que ha tenido que recorrer la galerista Juana de Aizpuru, directora gerente de la fundación privada Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (BIACS). El proyecto, que cuenta con patrocinadores institucionales como el Ayuntamiento y la Diputación de Sevilla y la Consejería de Cultura -que ha cedido el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo como sede-, tiene un presupuesto de unos dos millones de euros.
"Os podéis imaginar la emoción que siento al inaugurar esta bienal que ha sido mi sueño de tantos años y saber que es un sueño compartido por toda la ciudad de Sevilla", dijo De Aizpuru para añadir: "La bienal nace con fuerza y va a durar muchos, muchos años". Esta primera edición, que se abrirá mañana al público, podrá visitarse hasta el 5 de diciembre y, para la ocasión, el Ayuntamiento ha abierto un nuevo acceso al monasterio de La Cartuja.
Szeemann, consciente del lugar en el que trabajaba, ha realizado una selección apoyada en grandes nombres internacionales, como el estadounidense Richard Serra, el alemán Georg Herold o los españoles Eduardo Chillida y Juan Muñoz, para presentar también a jóvenes desconocidos en España como la pintora de Belgrado Biljana Djurdjevic con sus lienzos realistas y llenos de violencia. El lisboeta João Pedro Vale, de 28 años, firma una de las piezas más impactantes, basada en el cuento Juanito y las judías mágicas. El artista ha invadido el claustrillo mudéjar con un árbol gigante, la única salvación para evadirse de este mundo que, lamentablemente, se ha roto.
En la selección de Szeemann figuran 15 españoles, como Fernando Sánchez Castillo, Daniel Canogar, Curro González, Javier Velasco y Federico Guzmán. Aunque muchas de las obras han sido realizadas ex profeso para la muestra, el comisario ha querido que el malagueño Rogelio López Cuenca muestre ahora las obras con formato de señalización que creó para la Expo 92 y fueron censuradas.
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