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CÁMARA OCULTA | NOTICIAS Y RODAJES
Columna
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La chispa de la vida

Las películas que se vieron en el Festival de San Sebastián estaban caracterizadas por "la nada como última realidad de la vida", según ha declarado Juan Orellana, secretario del jurado católico en el último festival. A Orellana le parece que las películas deben ser fieles a la realidad, pero a condición de que al final del camino aparezca Dios, y no lo que él llama la nada. "La nada" es lo contrario de "fuente de luz y de verdad", que es lo que esta semana el arzobispo de Madrid, cardenal Rouco, ha exigido que debe ser el cine. Están en todo. No se ha dicho si el cardenal conoce Rejas en la memoria, el documental en el que la Iglesia católica figura como activa protagonista por su apoyo incondicional a los fusilamientos franquistas y a los campos de concentración que existieron en España. Es un documental que arroja "luz y verdad" sobre una etapa de nuestro pasado. ¿Será religiosamente correcto?

No se entiende por qué en algunos festivales de cine existen jurados específicos para premiar la película más católica. Puestos a ello, deberían figurar igualmente jurados de otras religiones. (Mejor, desde luego, de ninguna). Ya disponen ellas mismas de vehículos propios de propaganda y de formas de presión, en ocasiones con ayuda incluso de los gobiernos. En Marruecos y Argelia, por ejemplo, siguen teniendo problemas de exhibición algunas películas; hay dos que podrán verse la próxima semana en Madrid y Sevilla dentro del IV Encuentro Euro-Magrebí. Ambas hablan de prostitutas -Los ojos secos, marroquí, presentada en Cannes, simboliza el país como un prostíbulo, mientras que Viva Argelia habla de una joven con amante que busca nuevos placeres nocturnos-. También en el Magreb hay cardenales que imponen su particular visión de la luz y de la verdad.

¿Se aplicará similar cruzada al festival de cine erótico de Barcelona que se está celebrando estos días? Pretende "dinamizar y normalizar la industria del sexo", que no es precisamente la nada, sino lo contrario, la chispa de la vida. Nacho Vidal, el actor porno por excelencia, de cuyo famoso miembro se venden en el festival reproducciones en látex por 60 euros, está un tanto desanimado ante el porvenir del género, que ya "no es como antes, porque cualquiera puede montarse su espectáculo con una videocámara en la habitación de su casa y distribuirlo por Internet". Se acabó el chollo. Ahí está, ya en nuestras pantallas, 9 songs, el porno "artístico" de Michael Winterbotton -aunque él no acepte esta definición-, con actores menos especializados, pero que también tendrá problemas de censura en algunos países. Como La mala educación, de Almodóvar, que se estrenará en noviembre en Estados Unidos. Con ese motivo, el festival de Nueva York le organiza un rotundo homenaje titulado Viva Pedro! Que viva, que vivan todos, antes de que la luz y la verdad se nos vengan encima.

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