El rector pide a la UPV que no caiga en la comodidad y el conformismo
La Agencia de Evaluación no se implantará hasta el curso próximo
Lejos de las acusaciones de cicatería al Gobierno vasco lanzadas un año antes por su predecesor, Manuel Montero, el nuevo rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez, ofreció al lehendakari Ibarretxe un discurso de inauguración del curso sin aristas. El tono más duro lo empleó al alertar a comunidad universitaria contra el riesgo de dejarse llevar por la comodidad y la inercia en la vida académica.
"Las actitudes conformistas sólo pueden conducir a una decadencia lenta pero inexorable como institución", advirtió, al tiempo que reclamó el abandono del "café para todos" y abogó por nuevas políticas universitarias y una evaluación con "mayores consecuencias".
Su apuesta requiere el "compromiso" de las instituciones públicas, aunque el rector evitó explayarse en las "dificultades económicas" de la UPV y prefirió el término de "deficiencias crónicas". No las concretó y sólo avanzó un vago reproche al Gobierno vasco cuando las achacó a "un desconocimiento, desconfianza o lejanía para con la universidad". Pérez defendió que la solución a estos problemas pasa por "una relación de responsabilidad compartida y de confianza", y adelantó su disposición a rendir cuenta de su gestión al frente de la UPV "allí donde corresponda".
A tenor de las palabras pronunciadas por Ibarretxe minutos después, voluntad desde el Ejecutivo autonómico no va a faltar. El lehendakari no ocultó en su intervención la simpatía personal que profesa hacia el nuevo rector. Habló de confianza, de amistad, incluso de la "química" existente con él, e insistió en su apoyo "al esfuerzo conjunto de mejora del sistema universitario vasco". Sin embargo, en ningún momento aludió a medidas concretas para paliar la precaria situación financiera de la UPV, pese a admitir que el gasto público de Euskadi en universidad está lejos de la media europea.
Al igual que en años anteriores, reclamó la competencia de Educación en exclusiva, para ir más allá de la gestión de un sistema educativo diseñado "desde Madrid", y destacó las posibilidades que abre la ley del Sistema Universitario vasco, varios de cuyos artículos están recurridos ente el Tribunal Constitucional. No obstante, uno de sus principales instrumentos, la Agencia Vasca de Evaluación y Acreditación -órgano paralelo a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), que lleva en funcionamiento más de un año-, no se pondrá en marcha hasta el curso que viene. En su discurso, el rector calificó esta agencia como el elemento de la norma vasca que "más expectativas despierta y, a la vez, el que suscita una mayor preocupación". "No en balde será el órgano que evaluará al profesorado y que hará lo propio con el producto de nuestra actividad, formación e investigación", recalcó.
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