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El ala integrista de Erdogan

Juan Carlos Sanz

El entonces alcalde de Estambul Recep Tayyip Erdogan ingresó en prisión en 1998 por recitar en público una poesía en la que los fieles del islam eran comparados con los soldados de un ejército. Los generales turcos no toleraron el velado llamamiento a las armas lanzado por un joven líder islamista, encuadrado en aquel momento en el Partido del Bienestar del ex primer ministro Necmettin Erbakan.

Tras su paso por la cárcel, Erdogan abrazó una visión más moderada del islam -que permite, por ejemplo, estrechar la mano de las mujeres para saludarlas- y se embarcó en el proyecto de crear el partido islámico moderado y pragmático que le llevó al poder en 2002. Aunque la mayor parte de los elementos conservadores del islamismo turco permanecieron al lado de Erbakan, en el antioccidental Partido de la Felicidad, en el Partido de la Justicia y el Desarrollo de Erdogan existe una ala integrista. El boicoteo de una parte de sus diputados impidió en 2003 el paso de miles de soldados norteamericanos por suelo turco.

Para contentar a este mismo sector del partido en el poder, muy preocupado por la desaparición de la inmunidad para los llamados crímenes de honor, el primer ministro turco intentó reintroducir en el Código Penal turco el castigo del adulterio, a pesar de que el Tribunal Constitucional turco ya había dado por zanjada la cuestión.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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