Teatro del horror

Leo la rápida respuesta de los señores Rajoy y Acebes saliendo en defensa de su amado futuro presidente honorífico, el señor Aznar. Triste me parece, sin embargo, el hecho de que rápidamente quieran situar su editorial, por otra parte muy acertado, en un plano al cual sin duda alguna no estaba dirigido. Entiendo que la polémica frase a la que los señores del PP se refieren no estaba llamada a establecer una comparacion entre los valores morales o la integridad del señor Aznar, al que, como en la mili, se le suponen, y un terrorista como el señor Bin Laden.

Creo necesario recomendar a los señores Rajoy y Acebes una segunda lectura de su editorial, haciendo especial énfasis en la parte que dice "en la invención del pasado, y la reivindicacion de las cruzadas entre el islam y la cristiandad" (tal vez me permitiría añadir, "para explicar la situación actual"). Esta comparación, dentro de los límites que ella misma marca, es completamente cierta. Señores Rajoy y Acebes, si no les gustan las ideas de su futuro presidente honorífico, discútanlas con él.

Como comentario adicional, sin querer menospreciar la dolorosa experiencia que supone el ser víctima de un atentado, querría tranquilizar a los señores Rajoy y Acebes, no olvidamos que el señor Aznar fue víctima de uno. Imposible tarea es, se empeñan sus señorías en repetirlo a la mínima oportunidad.- Sergio Domínguez. Glasgow, Escocia.

A propósito del teatro del horror, es la primera vez -que yo recuerde- que un partido político responde de tal modo a un editorial de un medio de comunicación. Sorprendente.

¿Pero es que no saben leer?: entre Aznar y Bin Laden EL PAÍS solamente declara encontrar similitudes en lo que se refiere a la invención del pasado y a la reinvindicación de las cruzadas.

Como me cuesta un poco de trabajo (no mucho) el creer que entre estos caballeros no haya ni tan siquiera un aprendiz de exégesis, interpreto yo que están interpretando ellos el papel que su clientela les demanda. Sorpresa aclarada: el horror del teatro.- José Antonio de Taboada. Madrid.He leído el editorial sobre el teatro del horror. Sin entrar a valorar su contenido, me ha parecido de muy mal gusto la comparación entre Bin Laden y el anterior presidente del Gobierno español.

La semana pasada se utilizó las Torres Gemelas para una campaña publicitaria y me pareció muy valiente y oportuna la clara y contundente rectificación. Esta comparación me parece volver a caer en el mismo error. Estoy seguro de que el diario volverá a tener los mismos reflejos que tuvo la semana pasada y corregirá la comparación de igual modo.- Pablo Hispan.

Soy un lector habitual de EL PAÍS desde su fundación.

Quiero manifestarle mi más absoluto asombro, indignación y disgusto por el reciente editorial de nuestro periódico en el que se afirma que hay una "inquietante similitud" entre Bin Laden y Aznar.

Una cosa es criticar a Aznar por su más que discutible afirmación en su conferencia en Georgetown -lo que es respetable y personalmente suscribo- y otra muy distinta y gravísima equiparar o establecer similitudes entre uno de los mayores terroristas de la historia y el ex presidente de un Gobierno y de un partido democráticos (por mucho que puedan no gustarnos algunas de sus afirmaciones y comportamientos).

¿Es esto un editorial adecuado a mi periódico, a un periódico de centro-izquierda, que pretende distinguirse por la búsqueda de la verdad, de la objetividad, la ecuanimidad, la sensatez, la moderación y el respeto a las ideas del adversario político? ¿Hasta dónde está llegando nuestro periódico? ¿Qué diríamos si el editorial de El Mundo afirmara que el GAL establece "inquietantes similitudes" entre Bin Laden y nuestro ex presidente Felipe González? ¿Les aplaudiríamos? ¿O nos parecería lamentable y digno delpeor amarillismo político? Insisto, estoy anonadado y avergonzado. Urge que se publique una rectificación, se reconozca que la comparación es desafortunadísima e improcedente y se pida disculpas tanto a los lectores como a aquellos que sean votantes del Partido Popular.- Vicente Javier Morera Climent-Pallarés.