El secuestrado británico pide ayuda a Blair: "No quiero morir"
El ingeniero británico Kenneth Bigley, de 62 años, secuestrado en Irak desde el pasado jueves, por la organización terrorista Monoteísmo y Guerra Santa, pidió ayer ayuda al primer ministro Tony Blair: "No quiero morir. No lo merezco. Por favor libere a las presas de las cárceles iraquíes", dijo el rehén en un vídeo colocado en una web islamista. "Posiblemente sea mi última oportunidad", sollozaba Bigley, cuyos dos compañeros de trabajo, dos norteamericanos secuestrados con él, fueron ejecutados en los días pasados.
Poco antes de que se conociese el vídeo, Jack Straw, el ministro de Exteriores británico, pidió a la familia de Bigley que se "preparara para lo peor". Las palabras de Straw, quien aseguró que su Gobierno hace "todo lo que puede" para salvarle, y el vídeo pusieron un dramático corolario a una jornada de angustia marcada por los llamamientos a la clase política y las vigilias de oración, de la familia de Bigley.
Las noticias que llegaban al Reino Unido desde Irak eran una de cal y otra de arena para los hermanos, el hijo y la madre de Bigley. Por un lado, estaba la confirmación del asesinato del segundo rehén estadounidense, Jack Hensley, y por otro, la decisión del Gobierno iraquí de poner en libertad a Rihab Taha, la Doctora Germen, algo que podría ser del agrado de la organización que mantiene a Bigley.
Noches de vigilia
En la iglesia de Santa María en Liverpool, a apenas unos metros del hogar familiar del secuestrado, se han sucedido durante varias noches vigilias de oración pidiendo su liberación. La madre del secuestrado, Victoria, de 86 años y delicado estado de salud, no se ha movido desde que comenzó el secuestro de su casa, a la espera de noticias. Para los familiares, el asesinato de dos de los rehenes deja bien claro que los terroristas cumplen sus amenazas, pero, a la vez, la liberación de Taha supondría un balón de oxígeno en la situación.
En declaraciones a la emisora BBC, Paul, uno de los hermanos del secuestrado, había acogido con esperanza la propuesta del Gobierno iraquí. "Esperemos que los secuestradores vean esto en los medios de comunicación y demuestren que les queda un gramo de decencia liberando a Ken". Paul Bigley ha sido especialmente crítico con las autoridades británicas desde el comienzo de la crisis, y especialmente con Blair, al que ha acusado de "limitarse a seguir el libro de instrucciones sobre actuación diplomática" en las gestiones que realiza para liberar a su hermano.
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