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Una cita literaria consolidada

"El objetivo de esta edición de Kosmopolis se ha cumplido: el festival está consolidado", afirmó ayer el director del CCCB, Josep Ramoneda, al hacer balance de los cinco días de fiesta literaria promovidos por el centro cultural barcelonés. Más de 10.000 personas han seguido este año la convocatoria, cifra que dobla la asistencia de la primera entrega, celebrada en 2002. "Al festival ha asistido un público diverso, que se ha repartido de forma equilibrada por todos los espacios de la cita. Hemos constatado un aumento muy notable de audiencia joven, que ha participado activamente en los debates", añadió.

La primera edición de Kosmopolis se celebró en diciembre. Esta vez, el encuentro se avanzó unos meses para incluirse en la programación del Fórum Ciutat. El cambio de fecha -que gracias al buen tiempo ha permitido organizar actividades al aire libre- ha favorecido el incremento de asistentes. Anteayer, varios espacios del CCCB tuvieron que ser cerrados al completarse el aforo. Ante el éxito conseguido, los promotores del festival están pensando en mantener el cambio de fechas en próximas ediciones.

A juicio de Ramoneda, otro de los aspectos destacables de esta edición de Kosmopolis ha sido el logro de una mayor proyección internacional: "Tras la buena experiencia de este año queremos que el festival sea cada vez más conocido a nivel internacional. Para conseguirlo, trataremos de atraer a instituciones culturales extranjeras. De esta manera nos aseguraremos una mayor asistencia de público de otros países".

Por otra parte, Ramoneda anunció que posiblemente se celebrará una edición especial de Kosmopolis en 2005 con motivo del Año del Libro.

"Se comienza a entender un modelo que se desmarca de las tradicionales ferias del libro. Debemos felicitarnos por el nivel intelectual de los participantes en las conferencias y coloquios, sin olvidar el carácter festivo de la convocatoria. Ha quedado demostrado que existen múltiples formas de celebración. Entre los objetivos de Kosmopolis se debe citar el deseo por una renovación de los formatos con los que la literatura se presenta al público", afirmó el director del festival, Juan Insúa.

El escritor y profesor universitatrio Robert Coover, uno de los gurús del libro electrónico, dio ayer un buen ejemplo de ese gusto por lo ultimísimo.

Coover defendió el enriquecimiento de la literatura con las potencialidades que ofrece el desarrollo de la tecnología, una combinación que permite incorporar imágenes en movimiento y sonidos en el proceso de escritura.

A juicio del autor de Ghost Town, el ordenador ofrece una serie de ventanjas que resuelve incluso viejas limitaciones que hacen peligrar la conservación eficaz de la herencia cultural: "El libro siempre ha tenido un futuro muy frágil. Está hecho de papel, un material que se destruye con facilidad, ya sea con fuego o agua. Piénsese en la famosa destrucción de la célebre biblioteca de Alejandría. Esta fragilidad se acabaría con el uso generalizado del formato digital, que además abarata mucho la distribución de las obras literarias y permite nuevas experiencias, como la interactividad del lector".

Coover reconoció que aún falta mucho tiempo para que esta nueva forma de entender la literatura sea popular: "Cuando la tecnología esté más avanzada y extendida en la sociedad, se creará un público favorable. También el libro tradicional tuvo que popularizarse. Todavía no ha aparecido el Cervantes o el James Joyce de la literatura electrónica. Eso sí, estoy seguro de que si Córtazar viviera, ahora se pasaría al nuevo formato, que es el único capaz de romper la linealidad de la lectura. En definitiva, debemos abrir ya las mentes al futuro".

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