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Comienza el curso escolar con el reto de la integración del alumnado inmigrante

Nueve colegios no pudieron abrir ayer sus puertas por obras o por protesta de los padres

Más de un millón de niños y jóvenes empezaron ayer el curso escolar 2004-05, que nace con el reto de la integración del alumnado inmigrante, que representa ya el 9,6% del total, la cifra más alta jamás registrada. El día transcurrió tranquilo pero con diversas incidencias: nueve centros no abrieron ayer sus puertas, por estar aún ultimando sus obras de construcción o rehabilitación, en algunos casos, y en otros, por la oposición de los padres a llevar a sus hijos a escuelas ubicadas en barracones. En principio estas escuelas empezarán a funcionar hoy mismo o el próximo lunes.

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El caso del instituto Cap de Creus de Cadaqués (Alt Empordà) es diferente. Los padres anunciaron que su oposición a la apertura del centro se extenderá hasta que se solucione el problema de los módulos prefabricados. En Blanes (Selva) diversas familias también se opusieron ayer a llevar a sus hijos a un viejo módulo que forma parte de la escuela Montseny-Joan Batlle, en protesta por su desvencijado estado. La provincia de Girona, además, presenta un serio riesgo de saturación en sus clases. Según datos del sindicato USTEC-STES, el 33% de las aulas de la zona están al límite de su capacidad, y las escuelas no ocultan su preocupación ante la llegada de nuevos alumnos a lo largo del curso, lo que se conoce como el fenómeno de la matricula viva, porque creen que no habrá plazas suficientes.

Mientras, fuentes del Departamento de Educación explicaron que por el momento carecen de datos concretos sobre el número de aulas que tienen riesgo de saturación en Cataluña. La consejera Marta Cid aseguró ayer que el inicio de curso transcurrió con plena normalidad salvo "pequeñas incidencias", como es el caso de las obras escolares que faltan por finalizar.

Cid, que visitó ayer la escuela Tàbor de Barcelona, habló también sobre la denuncia que los sindicatos hicieron el pasado martes sobre el riesgo de saturación en muchos centros y reconoció que "las aulas tienen una congestión importante en algunas zonas", aunque aseguró que "el curso pasado la situación era más grave". La consejera insistió en que el departamento prevé ampliar el personal docente en caso de que los centros escolares lo requieran para hacer frente a las incorporaciones tardías a lo largo del curso. Del total de 1.074.174 alumnos que iniciaron ayer las clases, 38.000 se incorporaban por primera vez al sistema educativo catalán, y de éstos, el 60% son inmigrantes.

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Cid explicó que este curso el departamento que dirige ha hecho un esfuerzo para adoptar medidas que garanticen el mantenimiento de la calidad de la enseñanza y la atención a los inmigrantes, como son la contratación de 2.200 nuevos profesores y la creación de 565 aulas de acogida en los centros públicos. Sin embargo, subrayó que "la atención al alumnado nuevo no pasa exclusivamente por una respuesta financiera por parte de la Generalitat, sino que el Gobierno central debe responder también". El reto de la integración en la escuela de los estudiantes extranjeros, cuyo número se ha ido incrementando en los últimos años y este curso alcanza el 9,6% del total del alumnado catalán, requiere, según la consejera, fuertes inversiones en profesorado, nuevas tecnologías e infraestructuras educativas, y planes de acogida. Irene Rigau, diputada de Convergència i Unió (CiU) en el Parlament, se lamentó de que el gobierno tripartito "no haya cumplido con las expectativas creadas" en materia de educación. Según Rigau, "la realidad es dura", y el equipo de Cid "ha optado por cambiar de lenguaje" una vez que se ha puesto a trabajar en el departamento: "Ahora hablan de módulos prefabricados en vez de barracones, de congestión en vez de saturación de aulas, y llaman incorporacíón tardía a lo que antes llamaban imprevisión". Finalmente, Rigau aseguró que el ritmo de construcciones escolares ha bajado con el nuevo Gobierno.

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