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Belén Gopegui se adentra en las utopías de la revolución cubana

La escritora publica 'El lado frío de la almohada', una novela política de espías

Una historia de amor desencantada, una trama clásica de espionaje y, sobre todo, una visión a contracorriente de la revolución cubana. La escritora Belén Gopegui (Madrid, 1963) no se muerde la lengua en su última novela, El lado frío de la almohada (Anagrama), obra en la que se discuten a fondo las proclamas anticastristas. "El libro se interesa por lo que representa hoy Cuba para los españoles y para su modo de vida occidental", explica la autora.

Belén Gopegui asume que no serán pocos quienes le cuelguen a esta novela la etiqueta de "políticamente incorrecta": "Éste no es un libro que mezcle sexo y anticastrismo, un género muy de moda en los últimos tiempos. La revolución cubana aparece retratada como un experimento que tiene sentido a pesar de las muchas dificultades con las que se enfrenta, obstáculos que son fruto de la hostilidad de Estados Unidos y sus fieles aliados".

El lado frío de la almohada arranca con la muerte de una joven: L. B. A., uno de los personajes de la novela, que escucha la noticia por la radio, se le ocurre que el crimen es un excelente motivo literario. Tras las iniciales de la víctima se esconde el nombre de Laura Bahía, una joven espía española de origen cubano. A partir de ahí, la reflexión política sobre el envite utópico de Cuba ocupará un papel central en el libro.

¿Literatura comprometida? No es la primera vez que la autora de Lo real manifiesta en su obra preocupaciones ideológicas explícitas, presentes de nuevo en El lado frío de la almohada. "La literatura comprometida es la que te pone en un compromiso. Hablar del hambre en África, aunque sea muy importante, no te crea ningún problema. Una novela no puede hacer mucho, pero sí permite al menos discutir de una forma combativa ciertos presupuestos muy extendidos de lo que sucede actualmente en Cuba".

Así, la protagonista del libro se pregunta por qué el mal funcionamiento de los autobuses es un argumento válido para intentar desmontar un régimen socialista y no lo es para cuestionar la democracia capitalista en Europa. "Incluso para la izquierda es más fácil interiorizar Cuba como una equivocación que tratar de proteger los avances sociales conseguidos allí", dice la autora de La escala de los mapas.

Aunque El lado frío de la almohada empieza como una novela de espionaje -en la que también hay lugar para una historia de amor entre Laura Bahía y un informador estadounidense a punto de jubilarse-, la política aparece una y otra vez en sus páginas. "La protagonista es una espía, porque este oficio me permite tratar la fantasía de la doble vida, un tema que he planteado en obras anteriores. Ahí, en el lado frío de la almohada, habitan los sueños que nos acobardan y sus contrarios, aquellos que te dan valor para llevarte al débil por delante. Parece que aceptamos que los cambios no son posibles, al pensar que siempre dominará la ley del más fuerte", afirma Gopegui.

A pesar de su evidente compromiso ideológico, la autora rehúye caer en maniqueísmos simplones: "Cuba no es un cuento de hadas, pero supone una actitud diferente en medio de la resignación general. Su revolución afecta a nuestros sueños y a cómo tratamos de construirnos una vida más justa y deseable".

Belén Gopegui, ayer en Barcelona.
Belén Gopegui, ayer en Barcelona.MARCEL·LÍ SÁENZ
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