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La acumulación de lodos de la mina granadina de Alquife pone en pie de guerra a La Calahorra

La Junta afirma que "todo está en regla" y que el fango no es contaminante

Vecinos de la localidad granadina de La Calahorra han emprendido esta semana una recogida de firmas y preparan movilizaciones para pedir que sean retirados los lodos procedentes de las antiguas minas de Alquife, depositados desde hace un mes y medio a menos de un kilómetro de su casco urbano. El Ayuntamiento, gobernado por un grupo independiente, está dispuesto a emprender también medidas de presión contra el Consistorio vecino de Ferreira, gobernado por el PSOE, que ha autorizado el depósito en su término municipal, junto al núcleo de La Calahorra.

El alcalde de La Calahorra, la localidad más afectada por este problema, Moisés Guijarro (independiente), insiste en que los lodos han ensuciado el pueblo y pueden ser contaminantes. En Ferreira, Antonio Fornieles (PSOE) prefiere, por el momento, no entrar en el asunto, y la Delegación de Medio Ambiente de la Junta confirma que "todo está en regla" y que "los lodos no son contaminantes". Eso sí, reconocen que no están haciendo ningún tipo de seguimiento.

En todo caso, el delegado, Gerardo Sánchez, ha anunciado que pedirá a la empresa que realiza el traslado de lodos desde la antigua mina -situada a unos 7 kilómetros de La Calahorra- hasta la parcela de Ferreira donde se están acumulando, que controle ella, con una auditoría encargada por su cuenta, si todo está en regla.

Desde la Administración andaluza se contempla el problema como un simple enfrentamiento entre pueblos vecinos, gobernados por dos partidos distintos. Sean enfrentamientos o no, la suciedad acumulada en las calles no es virtual, ni tampoco el color rojizo que están tomando sus casas, sus calles e incluso los árboles del pueblo.

El alcalde de La Calahorra insiste en que el turismo del pueblo se está viendo resentido. Asegura "haber perdido la temporada de verano" y dice sentirse "ninguneado" por la Junta.

Desde comienzos de agosto, más de 500 camiones pasan a diario trasportando lodos procedentes de las balsas de mineral de la antigua mina de Alquife. La Junta considera que la tramitación del expediente que autorizó esta acumulación de polvo de mineral ha sido modélico.

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Nadie duda de ello, pero sí de las consecuencias. Desde Ferreira no ven problema alguno en esta operación, máxime teniendo en cuenta que cuando termine el transporte, los lodos serán cubiertos para disimular su impacto. En La Calahorra las versiones son distintas. Varios agricultores han expresado su temor por que la acumulación de polvo rojo en sus árboles, almendros principalmente, les perjudica gravemente y podrían quedarse sin la próxima cosecha. Una vecina del pueblo, Carmen Sánchez, se queja de que todo está rojo: "Las paredes de las casas han comenzado a mancharse, las calles están rojas, los bancos, la carretera... absolutamente todo".

El alcalde cree que el polvo puede ser contaminante y no quiere resignarse a lo que prevé. "Estos lodos se quedarán ahí toda la vida", augura. La acumulación es tal que la montaña ya se ve desde toda la comarca, incluso desde la A-92.

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