El Gobierno estudia actualizar el IRPF con la inflación y dejar de ingresar 1.200 millones
Izquierda Verde reivindica esta "medida progresista" en la reunión con el PSOE sobre presupuestos
El grupo Izquierda Verde (IU-ICV) salió ayer aún más optimista que ERC el día anterior de la reunión con los socialistas para negociar los Presupuestos Generales del Estado en 2005. Izquierda Verde propuso que dentro de la "línea social" en la que tanto el PSOE como ERC coinciden, una de las medidas "progresistas" debería consistir en actualizar las tarifas del IRPF con la inflación. Desde 1996, el PP se negó a aplicar esta corrección. Los socialistas criticaron esta decisión porque se comía toda la reducción del IRPF anunciada por el Gobierno. El PSOE señala que la propuesta de IU "está sobre la mesa", aunque no da un sí definitivo, sobre todo porque puede suponer que el Estado ingrese unos 1.200 millones de euros menos de lo previsto.
La medida que ayer propuso Izquierda Verde (IU-ICV) en su reunión con el PSOE se conoce técnicamente como deflactación de la tarifa del IRPF. Este impuesto se paga por tramos. Pero éstos no se actualizan desde 1996, cuando el PP llegó al Gobierno. De modo que una persona a la que le hayan aumentado su sueldo en la cuantía del IPC (índice de precios al consumo), puede saltar al siguiente tramo y pagar más por el IRPF, aunque su capacidad adquisitiva no haya aumentado ni un euro.
En febrero de este año, poco antes de las elecciones, los socialistas realizaron un cálculo para criticar esta decisión del PP. Dijeron entonces que esta práctica anulaba el efecto de las rebajas fiscales del PP, y acusaron al Gobierno de quitarle a los trabajadores 1.200 millones de euros que les correspondían.
El PSOE situó la necesidad de deflactar la tarifa del IRPF entre los compromisos de su programa electoral. En el Ministerio de Economía señalan que están estudiando cómo cumplir esta propuesta en el primer presupuesto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Señalan que se podrá hacer de forma parcial o total, dependiendo de las grandes cifras macroeconómicas que se están cerrando precisamente estos días.
Los portavoces de Izquierda Verde, Gaspar Llamazares (IU), y Joan Herrera (ICV), lo dieron prácticamente por hecho. Esta medida supondría una reducción de los ingresos de las arcas públicas que para Izquierda Verde debería compensarse con "una nueva política fiscal", centrada sobre todo en gravar con más fuerza las rentas más altas y especialmente las plusvalías. Eso también se trató en la reunión de ayer, aunque los socialistas no lo recibieron con tan buenos ojos. El PSOE deja de momento cualquier reforma de calado del sistema fiscal para 2006.
Tras algo más de dos horas de reunión no hubo ningún dato definitivo, pero sí dos ideas claras: el presupuesto tendrá un claro contenido social y todo apunta a que Izquierda Unida lo apoyará. Algo que no ha sucedido nunca en la historia de la democracia española. Esta federación, y su antecesor, el PCE, siempre se han mantenido al margen de la gobernabilidad. Nunca, en los 14 años de Gobierno de Felipe González, IU se planteó siquiera remotamente apoyar los presupuestos.
Las negociaciones, aún en una fase inicial, marchan tan bien que Alfredo Pérez Rubalcaba salió eufórico y señaló que el PSOE, después de las dos primeras reuniones con sus socios fundamentales, tiene ya la "tranquilidad" y la "confianza" en que los presupuestos tendrán finalmente un "apoyo parlamentario holgado". El mínimo imprescindible para sacarlos adelante en el Congreso son 12 diputados, los que le faltan al PSOE para la mayoría absoluta. ERC tiene ocho, e Izquierda Verde cinco.
Al dar preferencia a estos dos grupos, con los que se ha reunido primero, el PSOE deja clara su opción hacia la izquierda. Llamazares señaló que esta clara sintonía indica que "hay una mayoría sólida de izquierdas en el Parlamento". A ella se sumará seguramente Coalición Canaria, que apoyó la investidura.
Los problemas llegan en el Senado, donde los socialistas necesitan el apoyo de todos los grupos. La mera abstención de uno pequeño (PNV o CiU) podría hacer perder la votación al PSOE en la Cámara alta.
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