EE UU y la patronal de Venezuela dan por bueno el resultado del referéndum

El Gobierno y el Consejo Nacional Electoral ofrecieron a la oposición su irrestricto acceso al escrutinio del domingo para que comprueben la inexistencia de fraude en el referéndum que ratificó a Hugo Chávez en la presidencia de Venezuela con el 58,24% de los votos. La Organización de Estados Americanos y el Centro Carter avalaron su victoria. El radicalismo opositor todavía la ignora. Pero EE UU, a regañadientes, y la patronal Fedecámaras, una de las principales fuerzas de la Coordinadora Democrática (CD), admitieron ayer el triunfo de Chávez.

"No tuvimos la suficiente fuerza, capacidad para hacer llegar nuestro mensaje a quienes iban a tomar la decisión", declaró Albis Muñoz, la presidenta de Fedecámaras, que pidió al Consejo Nacional Electoral (CNE) despejar las dudas e instó al Gobierno a generar confianza y seguridad jurídica en Venezuela para facilitar el despegue del mundo de los negocios. "Se requiere una definición con relación a políticas monetarias, fiscal y cambiaria, especialmente con relación a todo lo que tiene que ver con los controles", de cambio y precios, fundamentalmente. La opositora Coordinadora Democrática está integrada por 20 partidos y otras tantas organizaciones sociales de oposición, pero Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) son dos de sus pilares.

El pronunciamiento de la patronal y del Gobierno norteamericano constituyó un mazazo para quienes, principalmente situados en los partidos y en la calle, todavía denuncian un "gigantesco fraude" e instan a las movilizaciones o a la desobediencia civil. Los más exaltados fundamentan su reclamación en los conteos a pie de urna de la oposición y en "la expresión que tenía la cara de los votantes en las colas". Para el dirigente de Causa R, Andrés Velásquez, uno de los portavoces de la CD, las máquinas receptoras de votación "tienen que haber sido amañadas". "Sea bienvenida cualquier auditoría nacional que se quiera realizar", respondió el presidente de Smarmatic, la empresa que las suministró, cuyo contrato y funcionamiento aceptaron las partes y revisó la OEA y el Centro Carter.

Avalancha de llamadas

El cardenal Rosalio Castillo atribuyó la victoria de Chávez a que el Gobierno "dio 70 dólares a cada pobre que votó". Inevitablemente, la contundencia de la victoria del mandatario sacudió las filas y liderazgos antigubernamentales. El ex teniente coronel, que lleva casi cinco años en el poder, obtuvo 3.600.000 votos en las generales del año 1998; 3.700.000, en las elecciones del 2000, para legitimar su presidencia, y 4.917.000, el domingo. El golpe encajado por los cientos de miles de venezolanos, que se manifestaron en los últimos tres años y fueron la punta de lanza de la oposición, ha sido tremendo.

Las emisoras de radio y televisión privadas recibieron el lunes y el martes una avalancha de llamadas de personas hundidas emocionalmente, en llanto, determinadas a abandonar Venezuela porque no soportan a Chávez. Pero el jefe bolivariano representa una Venezuela que existe y se queda porque se siente escuchada y atendida por los furibundos discursos y políticas del caudillo, cuyo populismo hace posible los cuantiosos ingresos petroleros, distribuidos políticamente entre los sectores más humildes: el 70% de los 25 millones de nacionales, cuya masiva afluencia a las urnas fue definitiva.

El Gobierno no dio 70 dólares a cada pobre el día de la votación. Les dio mucho más durante el último año y en campaña: el gasto público se disparó, a caballo del aumento del precio del petróleo, y más de 3.000 millones de dólares financiaron programas de alfabetización, subsidio de alimentos, viviendas y medicamentos baratos. "Que hagan otra vez el recuento, que revisen lo que les de la gana. Es más, auspiciamos las auditorías, que deberán ser autorizadas por el CNE. Todas las del mundo. No tenemos ningún problema", subrayó ayer el vicepresidente, José Vicente Rangel, en conferencia de prensa. "¿También están metidos Carter y Gaviria en el fraude? No hay la más elemental prueba de fraude porque no lo hubo".

El funcionario afirmó que quiere ver "presos a los que aparecen disparando", este lunes, contra una manifestación opositora en Caracas, un tiroteo en la que murió una mujer y siete personas resultaron heridas. "No me importa si son del Gobierno o la oposición, son criminales y terroristas".

No obstante, la reconciliación nacional continúa siendo un objetivo de improbable consecución. La oposición política no parece, de momento, dispuesta a una marcha atrás en su desconocimiento de la victoria. Pero las desafiantes aseveraciones del gobernador del Estado de Miranda, Enrique Mendoza, principal portavoz de la CD, que pidió un nuevo referéndum, contrastan con la admisión de la derrota, en privado, por miembros de la alianza antichavista y la pública aceptación de los empresarios.

"Los demócratas venezolanos le vamos a entregar a los organismos internacionales, en forma muy clara y contundente pruebas [sobre el supuesto fraude]", afirmó el democristiano Mendoza, "y no les quedará más remedio que acompañarnos en la impugnación del proceso y su repetición en condiciones que garanticen la transparencia del mismo".

La Coordinadora pide la auditoría, con testigos internacionales, del 1% de las máquinas informáticas de registro de sufragios y, uno por uno, el recibo de papel de los ordenadores después de que el votante pulsara la tecla del sí o el no. El ex presidente de EE UU Jimmy Carter anunció anoche que el Ejecutivo de Chávez había aceptado la realización de esta auditoría. El Consejo Nacional Electoral está formado por cinco miembros, tres de perfil chavista y dos de perfil opositor.