Un incendio intencionado arrasa 720 hectáreas en Valencia y obliga a desalojar a 6.000 vecinos
Una veintena de avionetas y helicópteros combaten el fuego en una zona de alto valor ecológico
Un incendio intencionado ha arrasado 720 hectáreas de monte en el parque natural de la Sierra Calderona, en Valencia. El fuego, que a última hora de ayer estaba activo aunque controlado, comenzó la noche del jueves, obligó a desalojar a 6.000 personas -la mayoría residentes en Náquera- y afectó a otros tres términos municipales. La Generalitat valenciana, el Ministerio de Medio Ambiente y la Diputación de Valencia movilizaron a una veintena de medios aéreos y 300 profesionales entre bomberos y miembros de brigadas forestales para atajar el fuego, que alcanzó un perímetro de 13 kilómetros.
Los constantes cambios del viento dificultaron las tareas de extinción
El incendio de la Sierra Calderona, un parque natural de alto valor ecológico, comenzó en torno a las nueve y media de la noche del jueves junto a una pista forestal que lleva al castillo de Serra. Las llamas se propagaron con rapidez azuzadas por el viento de poniente, muy seco, que llevaba soplando desde principios de semana en la provincia de Valencia.
La facilidad para huir desde el lugar en el que se originó el siniestro; la hora de inicio, que impidió la participación de medios aéreos hasta la llegada del alba, y la violencia con la que se extendió, llevaron ayer a los miembros del Gobierno valenciano a asegurar que el fuego fue intencionado. Aunque el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, habló en un primer momento de cuatro focos simultáneos distribuidos en forma de ocho, los técnicos de la Consejería de Territorio y Vivienda los redujeron a uno.
El incendio, empujado por el viento de poniente, se dirigió primero en dirección este, arrasando monte de los términos de Serra, Albalat dels Tarongers y Segart. Una urbanización de ésta última población tuvo que ser desalojada durante la noche debido a la cercanía de las llamas.
En la madrugada de ayer, aseguraron fuentes del dispositivo de emergencia de la Consejería de Justicia y Administraciones Públicas, el siniestro llegó a parecer controlado, pero el viento roló a levante y volvió a propagarlo con fuerza en dirección oeste, alcanzando de pleno el término de Náquera, que fue el más castigado durante el día de ayer.
Después de una noche en vilo, los vecinos y veraneantes de esta población de 2.500 habitantes, que multiplica por tres sus residentes en verano, fueron conminados por el Ayuntamiento a desalojar sus viviendas. La proximidad del incendio, que algunos testigos situaron a menos de 100 metros de sus viviendas, y el humo, forzaron la salida de 6.000 personas. Seis de las 14 urbanizaciones de la población quedaron vacías.
Un centenar de residentes se trasladaron en autobuses y automóviles a Bétera, y fueron alojados en el polideportivo. El resto, muchos de ellos vecinos de Valencia, volvieron a sus hogares o se acomodaron en casas de familiares. Para los que eligieron quedarse, el puesto de mando avanzado, ubicado en el Ayuntamiento de Náquera, repartió mascarillas y estableció un puesto médico donde se atendió a 20 personas.
Ocho aviones semi pesados tipo Air Tractor, seis helicópteros, tres hidroaviones, dos Brigadas Aerotransportadas, y un avión de coordinación y observación fueron movilizados a lo largo del día por la Generalitat Valenciana y la dirección general de Atención a la Diversidad del Ministerio de Medio Ambiente.
Junto a ellos trabajaron 300 profesionales terrestres, entre bomberos y miembros de las brigadas forestales de la Diputación de Valencia, que fueron relevándose, y decenas de voluntarios, cuya colaboración fue solicitada por el propio presidente valenciano.
Los trabajos de extinción se desarrollaron con dificultad, debido a lo escarpado del terreno, que cuenta con multitud de barrancos, y a la constante variación de la dirección del viento. Las fuerzas de emergencia se centraron desde media mañana en evitar que las llamas cruzaran la carretera que atraviesa Náquera y que continúa hasta Serra.
En torno a las cinco y media de la tarde, Francisco Camps, que ya había ofrecido una rueda de prensa desde el Ayuntamiento de Náquera por la mañana, aseguró que el incendio estaba "acotado" pero no controlado, al tiempo que adelantaba que los servicios de emergencia tendrían que trabajar probablemente durante todo el fin de semana antes de extinguirlo por completo. Iberdrola informó de que el suministro eléctrico se había reestablecido después de permanecer cortado desde poco antes de las ocho de la mañana a petición de los bomberos. Anoche se daba por controlado.
A la población acudieron también, entre otros, el líder del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, y el consejero de Justicia y Administraciones Públicas, Víctor Campos. No lo hizo el consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, cuya consejería tuvo tiempo ayer de repartir una nota con declaraciones suyas sobre la excelencia de 135 playas valencianas.
El Parque Natural de la Sierra Calderona se extiende a lo largo de 17.700 hectáreas entre las provincias de Valencia y Castellón. Y su extremo sur se encuentra a unos 25 kilómetros de la ciudad de Valencia.
El Gobierno valenciano declaró el paraje Parque Nacional en 2002, pero algunos alcaldes de la zona denunciaron ayer que todavía no se ha aprobado el Plan Rector de Usos y Gestión, que debe asegurar el mantenimiento del parque y la eliminación de maleza, que favorece la propagación del fuego.
Náquera es un municipio sometido a importantes presiones urbanísticas. Antes de las elecciones municipales de 2003, un plan del Ayuntamiento, gobernado por el Partido Popular, que preveía urbanizar casi el 11% de las 3.826 hectáreas del término, -con la construcción de 1.300 viviendas, un hotel y un campo de golf- despertó la alarma de una parte de los vecinos.
Los comicios colocaron al PSPV-PSOE al frente del Consistorio, un gobierno que duraría pocos meses debido a una moción de censura presentada por populares y Unión Valenciana, partido aliado hasta ese momento con los socialistas.
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