Mohamed VI afirma que quiere una solución política para el Sáhara antes de cinco años
El rey de Marruecos asegura que va a "abrir una nueva página" en la relación con España
La "primera de las prioridades" de Marruecos es el Sáhara, donde aspira a "una solución política definitiva y mutuamente aceptable" en el plazo de cinco años. Así lo subrayó el rey Mohamed VI en el Discurso del Trono que pronunció ayer, con motivo del quinto aniversario de su entronización. Esa antigua colonia de España parece también ser ahora el objetivo primordial de la diplomacia española. Su jefe, Miguel Ángel Moratinos, viajará este fin de semana a Asilah (Marruecos), mientras dos de sus secretarios de Estado, Bernardino León y Leire Pajín, lo harán a Tinduf (suroeste argelino).
Aparcado el plan de paz elaborado por el dimitido James Baker, que preveía un referéndum de autodeterminación tras un periodo de autonomía en el Sáhara, el monarca alauí reiteró su oferta: "(...) Garantizar a nuestras provincias saharianas amplias prerrogativas para una gestión democrática de sus asuntos regionales en el marco del respeto de la soberanía" del reino de Marruecos.
La propuesta para el Sáhara remitida por Rabat en diciembre a la ONU dista mucho, sin embargo, del nivel alcanzado por las autonomías españolas, en las que la diplomacia de Marruecos afirma inspirar su proyecto.
Coincidiendo con la Fiesta del Trono, Mohamed VI hizo un gesto hacia Argelia. Los argelinos que viajen a Marruecos no necesitarán visado, un trámite impuesto en 1994, tras el atentado terrorista de Marraquech. Argel reaccionó entonces cerrando su frontera terrestre occidental, que, probablemente, reabrirá ahora, contribuyendo, a su vez, a la distensión en el Magreb.
La llegada al poder del presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha supuesto un nuevo enfoque español del conflicto sahariano. Marruecos lo agradece y el soberano se declaró "resuelto a abrir una nueva página con el Reino de España, con el que compartimos un rico patrimonio histórico y de civilización".
Este acervo hispano-marroquí "deja entrever perspectivas muy prometedoras de relaciones estratégicas privilegiadas entre dos países unidos por vínculos de asociación y de buena vecindad", añadió el soberano.
Para ilustrar la luna de miel que atraviesa la relación entre Rabat y Madrid, efectivos de la patrulla acrobática de paracaidismo del Ejército del Aire español participaron ayer en una exhibición militar en la capital marroquí con motivo de la fiesta del Trono.
Antes de nombrar a España, Mohamed VI mencionó a Francia, con quien Marruecos mantiene lazos "sólidos, ejemplares y renovados". También se alegró, después, de "las relaciones de asociación estratégica con EE UU y con la Unión Europea". Washington ha designado a Rabat aliado privilegiado no perteneciente a la OTAN, al tiempo que firmaba un acuerdo de libre comercio que excluye al Sáhara.
Transición democrática
Después de ese territorio, la prioridad real es el "fortalecimiento de la transición democrática en marcha". "(...) Estamos determinados a llevarla a buen puerto y de forma irreversible", recalcó el rey. Las próximas elecciones legislativas, en 2007, deberán suponer, según anunció el rey, "un auténtico giro" que dé "un fuerte impulso cualitativo al proceso democrático en curso a través de la aparición de un nuevo paisaje político con una mayoría homogénea y una oposición constructiva que rivalicen y alternen [en el poder] en función del veredicto de las urnas". Antes deberá haber entrado en vigor una ley sobre partidos políticos que fomente su regeneración.
La alocución real tuvo también una vertiente económica. Mohamed VI hizo un llamamiento para concluir "un nuevo contrato social" entre Gobierno, sindicatos y empresarios" para "sacar a la economía de la espiral de huelgas salvajes que provocan otra huelga: la de la inversión".
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