Liberado el obispo colombiano secuestrado por el ELN

El obispo de la ciudad colombiana de Yopal (noreste), Misael Vacca, secuestrado el pasado domingo, fue liberado ayer cerca del lugar en el que fue capturado por hombres armados del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El obispo ha servido de mediador en la guerra que libran dos grupos paramilitares en el departamento de Casanare, que ha provocado más de 600 muertos y cientos de campesinos desplazados. Fuentes del Episcopado precisaron que el prelado fue liberado en una zona limítrofe entre los departamentos de Boyacá y Casanare. El obispo de Trinidad, localidad también de Casanare, informó de la puesta en libertad de Vacca.

Un grupo de campesinos había intentado ayer por la mañana sin éxito rescatar por la vía del convencimiento al obispo, secuestrado el domingo por la tarde por el ELN, segundo grupo guerrillero de Colombia. El secuestro de Vacca es el cuarto de un prelado que perpetran los grupos armados en la última década. El obispo realizaba una labor pastoral en Morcote, pequeña población a 350 kilómetros al noroeste de Bogotá, cuando un grupo de hombres armados, con los brazaletes del ELN, lo alejaron de sus acompañantes, con el pretexto de enviar con él un mensaje al Gobierno.

Hace un mes, el ELN inició acercamientos con el Gobierno bajo la mediación mexicana, y hace pocos días aceptó la invitación para realizar en el Congreso una convención nacional, indispensable, según el ELN, para llegar a la paz.

Paramilitares en el Congreso

Mientras, seguía en Colombia la controversia por la presencia, hoy en el Congreso, de tres líderes paramilitares, que tienen el control militar y político en importantes regiones del país y que sostienen un diálogo con el Ejecutivo. En avión militar llegarán a Bogotá los tres cuestionados personajes: Salvatore Mancuso, máximo comandante de estos grupos, y dos de los negociadores: Ernesto Báez y Ramón Isaza. La invitación a participar en una audiencia pública fue formulada por el Congreso. El salvoconducto que les permite salir de la zona de ubicación, donde están concentrados para la negociación, fue firmado por el presidente. Los que se oponen a esta visita aseguran que es un regalo prematuro para un proceso que apenas ha arrancado y en el que los paramilitares no han cumplido con la exigencia de detener las acciones violentas en todo el país.