La gran oportunidad
Tres años ha tardado en volver Ibarretxe a La Moncloa. La visita -con ikurriña incluida- es un gesto de normalidad institucional que se inscribe en los esfuerzos de Zapatero por buscar el diálogo y el entendimiento en todos los ámbitos de la política española y que confirma los signos de distensión apreciados durante los últimos meses entre el Gobierno español y el Ejecutivo autonómico, entre el PSOE y el PNV. No parece que de la reunión hayan salido acuerdos concretos; tampoco era el objetivo. Se trataba de recuperar el hilo de la relación institucional y de estudiar las expectativas de futuro.
Zapatero ha hecho gestos de aproximación a los nacionalistas vascos y ha abierto el proceso de reformas institucionales. Ahora es el lehendakari quien debe actuar en correspondencia. Ibarretxe ha dicho que "había que ser valientes" y aprovechar "la gran oportunidad" que se ha abierto. Ha reconocido también que es insuficiente el consenso alcanzado hasta ahora en el País Vasco sobre la reforma del Estatuto que él plantea. Por eso le corresponde demostrar su valentía dando el siguiente paso: reabrir el camino del consenso real entre los vascos. El ministro de Administraciones Públicas ha reiterado el compromiso del presidente Zapatero con aquellos estatutos que lleguen al Congreso con un amplio apoyo de las fuerzas políticas de su comunidad. Ya sabe Ibarretxe el camino a seguir. Aparcar su plan, en tanto que instrumento de exclusión y de división entre los vascos, y crear las condiciones para un nuevo consenso que no deje a nadie fuera de entrada.
Cabe leer como especialmente significativo el compromiso de Ibarretxe de participación del PNV en el proyecto de reforma constitucional, y más inmediatamente la suya propia en la conferencia de presidentes autonómicos. Según su planteamiento, los vascos estarán dispuestos a constar en un proyecto común de Estado español siempre que puedan hacerlo libremente. ¿Qué necesita Ibarretxe para dar libremente este paso? Hasta ahora, la reforma que lleva su nombre ha sido presentada como un plan para la desvinculación progresiva de Euskadi del Estado español. ¿Puede deducirse de sus palabras de hoy que está dispuesto a convertirlo en un plan para una mejor articulación con España? Zapatero ha dado los primeros pasos; ahora toca mover ficha a Ibarretxe. Esperemos que esté a la altura de "la gran oportunidad", para decirlo con sus propias palabras.
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