'The manchurian candidate' calienta los ánimos en EE UU
Jonathan Demme dirige esta nueva versión, con Denzel Washington y Meryl Streep, producida por la hija de Frank Sinatra
El cine estadounidense no ha podido escapar a lo que muchos definen como el año más politizado que ha vivido Estados Unidos en la última década. A sólo tres meses de las elecciones presidenciales y cuando la polémica generada por Fahrenheit 9/11 parecía haberse calmado, las discusiones sobre el largometraje The manchurian candidate, de Jonathan Demme, han sustituido a las del documental de Michael Moore dos semanas antes de que llegue a los cines. El remake del clásico de John Frankenheimer, El mensajero del miedo, que interpretaron Frank Sinatra, Angela Lansbury y Lawrence Harvey en 1962 en lo que se convirtió uno de los mejores ataques contra los extremismos del macartismo, se ha transformado, en la versión dirigida por Demme, en una crítica abierta a los estrechos lazos entre la política estadounidense y los intereses económicos de las multinacionales. "Apenas hay diferencia entre los dos partidos y el nombre de empresas como Halliburton [que dirigió el vicepresidente Dick Cheney antes de llegar al Gobierno] están demasiado mezcladas con la vida política de este país", asegura un director que ha evitado nombrar en el guión las palabras demócrata o republicano pero que pide personalmente el voto para John Kerry "porque este país no puede aguantar otros cuatro años de Bush".
Protagonizada por Denzel Washington, Meryl Streep y Liev Schreiber, la acción transcurre en un momento similar al que vive este verano Estados Unidos: una convención política de la que saldrán elegidos los candidatos a la presidencia, y en la que Meryl Streep interpreta a la senadora que lucha sin ningún escrúpulo por convertir a su hijo en el candidato. Aunque su papel es claramente el de una política conservadora, su interpretación recuerda peligrosamente a Hillary Clinton, algo de lo que los medios conservadores estadounidenses ya se han hecho eco ante el horror de la propia Streep, una demócrata convencida de que está utilizando la promoción de la película para convencer a los estadounidenses de la necesidad de ir a votar.
Producida por Tina Sinatra, la hija de Frank Sinatra, esta superproducción se sitúa en algún momento de los últimos tres años, en medio de un clima de terror similar al que vive Estados Unidos desde el 11-S. El enemigo, que en la película original eran los comunistas, es sustituido aquí por las multinacionales, que quieren aprovecharse del clima de pánico que vive el país ante la amenaza terrorista para poner en la Casa Blanca a un candidato títere. Como trasfondo, la primera guerra del Golfo, en la que también se perpetran torturas contra soldados. Sin duda, un menú muy apropiado para este verano electoral estadounidense.
Babelia
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