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Barcelona sanciona a uno de cada cuatro bares con terraza

Los bongoseros abandonarán el parque de la Ciutadella

Una de cada cuatro terrazas barcelonesas han sido sancionadas en los dos últimos meses por incumplir la normativa. De las 2.521 que fueron examinadas por la Guardia Urbana (casi la totalidad), 717 fueron denunciadas. En la batalla contra el ruido, el Ayuntamiento ha cerrado 117 locales de ocio nocturno en lo que va de año y pactó el lunes con los bongoseros que abandonen el parque de la Ciutadella.

Más de la mitad de las sanciones tienen su origen en un exceso de ocupación del suelo público. Por esta causa fueron multadas 485 terrazas. A continuación, la ausencia de licencia municipal preceptiva para colocar mesas en el exterior justificó la sanción de 232 locales.

La Guardia Urbana ha incrementado el control de aquellas actividades que se desarrollan en el espacio público, según fuentes municipales. Esta actuación se enmarca en la campaña Barcelona, espai de convivencia, que con el arranque estival pretende mitigar las molestias que el ocio provoca en la ciudadanía.

Joan Clos, alcalde de Barcelona, anunció ayer que al local que acumule tres infracciones se le abrirá un procedimiento sancionador abreviado que acarreará su cierre cautelar. Una anotación en el Registro Mercantil vinculará la sanción al local y lo desligará del titular. Con esto, el Ayuntamiento pretende acabar con el fraude consistente en cambiar el nombre del propietario del local para poner la cuenta de infracciones a cero. Clos reconoció que el método es "una exageración jurídica", pero lo justificó por la falta de instrumentos de autoridad administrativa que tienen los ayuntamientos, por lo que volvió a reclamar la aprobación de la Carta Municipal.

El Eixample acumula más de la mitad de las sanciones impuestas en toda Barcelona, con 396. Es también donde las terrazas incumplen con más tozudez la ley: casi cuatro de cada diez inspecciones acabaron en sanción. Clos desveló que este año se ha denegado la prórroga de la licencia a 120 terrazas que habían incumplido la ley durante el pasado ejercicio, y advirtió de que el consistorio no va a cambiar esta política.

En Gràcia, con gran tradición de ocio nocturno en la calle, hubo 56 terrazas sancionadas. Según Andreu Mora, presidente de la Plataforma Viva de Gràcia contra los Ruidos y Alborotos, la invasión acústica no proviene tanto de las terrazas como de las multitudes que que se concentran en las plazas. El alcohol y las drogas, aduce Mora, predisponen al altercado, por lo que a su juicio las medidas no acabarán con el ruido si no se acompañan de una mayor presencia policial. "La luz que producen los mecheros cuando se quema la droga bastaría para iluminar toda la plaza del Sol", denuncia.

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117 locales cerrados

La campaña municipal contra el ruido ha provocado ya el cierre de 117 locales de ocio nocturno en los primeros siete meses de este año. Las causas principales han sido un exceso de decibelios, retrasar el cierre del local y permitir a los clientes beber en la calle.

Un acuerdo del lunes pasado entre Ayuntamiento y percusionistas trasladará el sincopado ritmo de los bongós -instrumento de percusión parecido al tambor y de origen caribeño- desde la Ciutadella, actual punto de encuentro, a un lugar donde no perturbe al vecindario. Según el Ayuntamiento, el lugar se consensuará durante la próxima semana. Los 40 representantes de los bongoseros con los que se reunió el consistorio (que según éste, representan a 200 músicos), se comprometieron a respetar la prohibición, que ya ha entrado en vigor, durante el plazo en que se busque el destino final. También se luchará contra la venta ambulante en el parque.

El Ayuntamiento quiere acabar con las aglomeraciones que generan las estatuas humanas de las Ramblas, por lo que los agentes pedirán a las que entorpezcan el tránsito que se desplacen a lugares más amplios. También ha dado orden a la Guardia Urbana para que retenga a los perros de los vagabundos con el objetivo de someterlos a control sanitario. Según Clos, en algunos casos los mendigos utilizan a sus mascotas para intimidar a los ciudadanos.

El presidente del grupo municipal de PP, Alberto Fernández Díaz, aconsejó ayer a Clos que haga "cumplir las ordenanzas municipales e incremente la plantilla de la Guardia Urbana". Para el político conservador, el derecho al descanso debe prevalecer sobre cualquier otro, por lo que acusó al alcalde de actuar "con complejos".

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