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Desde el Pacífico
Columna
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Tecnologías de la información y productividad

LA PRODUCTIVIDAD de los trabajadores norteamericanos aumentó el 3,8% por año al final del primer trimestre del 2004, según cifras de la Secretaría de Trabajo. Además, las empresas aumentaron sus ganancias el 21% durante el segundo trimestre, avance atribuido a la debilidad del dólar, el aumento de la demanda y los avances en materia de productividad, según una nota de prensa de la agencia Bloomberg. Cuatro años después del desplome de las puntocoms, la validez de las inversiones en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es indiscutible... bajo ciertas condiciones.

Las dudas existentes se deben en buena medida al hecho de que el impacto de estas inversiones depende de cambios en otras esferas. "Está claro que las TIC no son un certificado de que se puede invertir y esperar una tasa garantizada de ingresos", explica Erik Brynjolfsson, director del Centro para el eBusiness, del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, sus siglas en inglés). Más que entender la tecnología es necesario asimilar los cambios que conlleva. Son parte de un esfuerzo más amplio que incluye capital humano y organizacional.

Las empresas vacilan en buena medida por el hecho de que el impacto de las inversiones en TIC depende de cambios en otras esferas
Las dudas sobre el impacto de las TIC vienen por la redistribución de la actividad en las empresas, que siempre es más difícil de medir
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PRODUCTIVIDAD EN EE UU EN 2004:
ERIK BRYNJOLFSSON:
ESTUDIO FINLANDÉS:
LECG:

En ese sentido, Internet (o de manera más general, la conectividad) desempeña un papel todavía más relevante. Muchas de sus características pueden contribuir al aumento de la productividad, según un estudio realizado por dos investigadores de la universidad finlandesa de Tampere. Entre otras, vale mencionar que "no hay limitaciones de tiempo o de espacio; encontrar la información puede ser fácil y eficiente; también es posible transferir varios tipos de informaciones de forma electrónica. Propiedades comparables han conducido a la creación de nuevos mercados, modelos de negocios y procesos".

Estos autores mencionan que una razón para explicar las dudas sobre su impacto es la redistribución de las actividades en el seno de las empresas, la cual resulta difícil de medir. Para beneficiarse plenamente del acceso a Internet, las empresas no sólo deben comprar máquinas sino "reinventar la forma cómo trabajan". Deben utilizar la conectividad para mejorar sus relaciones con clientes, socios y empleados. La productividad, agregan, crece "gracias a la calidad más que por la cantidad de trabajo".

Cuestionar el impacto de la conectividad por separado es tan importante hoy que la próxima etapa, frente a la que muchas empresas vacilan, está constituida por la doble revolución de las conexiones inalámbricas (WiFi, telefonía celular) y de las líneas de banda ancha. "Los que más ganarán", vaticinan los finlandeses, "serán quienes utilicen la tecnología para transformar sus procesos de negocios de una manera que permita ganancias en productividad para ellos y sus clientes".

Las conclusiones a las que llevan estos estudios no dejan de ser preocupantes para quienes se resisten a invertir. Por una parte, resulta claro hoy que las tecnologías de la información facilitan el aumento de la productividad; participar a regañadientes puede llevar a una pérdida de competitividad.

Por otra parte, no basta con comprar máquinas y conexiones, hace falta modificar los procesos de producción para que den todo su potencial. Otra amenaza, según José Alberro, director de la empresa de consultoría LECG, es que "los beneficios en productividad de la economía en conjunto pasan por un proceso de destrucción creativa a la Schumpeter, que implica que las empresas menos exitosas desaparezcan".

Resulta indispensable invertir en las TIC- y en particular en Internet y demás tecnologías- que facilitan la conectividad. Pero sería un error creer que apenas es un asunto de máquinas.

La duda que se deben plantear quienes vacilan frente a tales gastos podría ser: ¿De qué sirve comprar ordenadores, programas y conexiones a la Red si no estoy listo para modificar los procesos de producción y la organización del trabajo en mi empresa?

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