Israel traza un nuevo recorrido del muro
La dirección laborista aprueba negociar un Gobierno de Unidad Nacional con Sharon
Israel parece dispuesto a caminar por la senda de la razón. Ayer, mientras los responsables del Ejército empezaban a dibujar un nuevo recorrido para el muro de separación de Cisjordania -que contemple los derechos y las libertades de los palestinos y cuyo trazado siga lo más posible la futura frontera entre el Estado Palestino e Israel-, los dos líderes más veteranos y prestigiosos del país, Ariel Sharon, de 76 años, y Simón Peres, de 80, decidían unir sus esfuerzos y configurar en nombre de los laboristas y del Likud un Gobierno de Unidad Nacional, con el que sacar al país de la crisis.
Los cartógrafos del Ejército israelí diseñan una alternativa al trazado del muro de separación de separación de Cisjordania. Los técnicos han recibido la orden de aliviar al máximo las penalidades de los palestinos, de acuerdo con las nuevas consignas establecidas por el mando e inspiradas en la sentencia que el Tribunal Supremo israelí dictó el 30 de junio. En su sentencia da la razón a la demanda presentada por ocho municipios palestinos del norte de Jerusalén.
Los cartógrafos intentarán que el nuevo trazado no separe a los palestinos de sus tierras de cultivo, de los ejes de comunicación, de los centros de asistencia y de los servicios comunales, y que no les deje emparedados entre la línea fronteriza y el muro. El objetivo es que el trazado discurra como mínimo a un kilómetro de sus casas y que la barrera se acerque "lo máximo posible" a la línea verde (futura frontera del Estado de Palestina con Israel), según declaró una fuente militar al diario Haaretz.
"Aspiramos a no separar a los palestinos de sus tierras. Por supuesto que no queremos crear guetos, pero en algunos casos no tenemos otro remedio", dijo una portavoz del Ministerio de Defensa.
Estas modificaciones afectarán en principio a los 30 kilómetros de muro sobre los que falló el Supremo israelí, pero no se descarta que estos cambios se amplíen a los 166 kilómetros restantes ya construidos, muchos de los cuales suponen una merma en la libertad de los palestinos o se adentran en el interior de los territorios apoderándose de hasta un 17% de Cisjordania.
Una corrección del trazado podría llegar a crear la ilusión de que el Gobierno de Israel trata de alguna manera de adaptarse a la resolución del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, dictada el viernes y que declaró ilegal la muralla, ordenó su derribo y exigió una indemnización para los palestinos.
Se trataría de un acatamiento parcial de la legalidad internacional, que anularía anteriores declaraciones del Ejecutivo en las que aseguraba que no se sentía afectado por un fallo calificado de "inmoral". Fuentes gubernamentales israelíes desmintieron ayer esta hipótesis y aseguraron que las modificaciones en el trazado no están de ninguna manera motivadas por la sentencia del tribunal de la ONU y que las correcciones se hacen simplemente basándose en los criterios establecidos por sus propios tribunales que son, en su opinión, los únicos que les afectan.
Poner fin a la Intifada
En el frente político interno, Ariel Sharon y Simón Peres acordaron negociar la formación de un Gobierno de Unidad Nacional, idéntico al creado en marzo de 2001, con la intención de poner fin a la Intifada. Aquella alianza, que duró 20 meses, la rompió de manera unilateral el líder laborista Benjamín Ben Eliezer, ministro de Defensa, quien trataba así de ganar las primarias de su partido.
El Comité Central del Partido Laborista dio a su secretario general, Simón Peres, permiso para firmar el pacto de colaboración gubernamental con Sharon. La cúpula del laborismo acordó configurar un equipo de notables, que tendrá como misión negociar con sus homónimos del Likud los detalles de esta colaboración, aunque las líneas generales quedaron rubricadas por Sharon y Peres en una reunión mantenida el día anterior.
Este acuerdo supondrá la aceleración del Plan de Repliegue y Descolonización de la franja de Gaza, tal como fue concebido por Sharon, y en el que se contempla la evacuación, aunque sea por la fuerza, de los 21 asentamientos judíos en los que se concentran 7.500 colonos. El repliegue de Gaza, de acuerdo con el pacto inicial Sharon-Peres, se hará en coordinación con la Autoridad Nacional Palestina y concretamente con el primer ministro Ahmed Qurei.
Pero antes de que Sharon y Peres firmen el acuerdo definitivo deberán resolver dos escollos importantes: la política económica y la exterior, actualmente en manos de dos ministros claves del Gobierno de Sharon, Benjamín Netanyahu y Silvan Shalom, respectivamente.
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