Exiliados y grupos religiosos de EE UU desafían el embargo con viajes a Cuba
Una encuesta entre los cubanos de Miami critica la política de Bush hacia la isla
Las recientes medidas de la Administración de Bush para endurecer el embargo contra Cuba se han transformado en un peligroso bumerán político para la Casa Blanca. En abierto desafío a las últimas restricciones de EE UU, varios grupos de exiliados y miembros de organizaciones religiosas norteamericanas han viajado a la isla sin hacer caso a las amenazas de Washington de que a su regreso pueden enfrentarse a multas o incluso a penas de cárcel. Además, el Congreso de EE UU y las encuestas acaban de dar un varapalo a la política de Bush contra Cuba.
El miércoles, la Cámara de Representantes de EE UU aprobó por 221 votos -40 de ellos de republicanos- contra 194 una enmienda contraria a la prohibición de que los exiliados envíen ropa y artículos de higiene a sus familiares en Cuba, recientemente decretada por el Gobierno de Bush. Y ayer se dieron a conocer en Miami los resultados de una encuesta que revela que el apoyo al presidente entre los votantes de origen cubano ha caído de un 81% a un 66% desde 2000.
El sondeo, efectuado en Florida la semana pasada entre 812 cubanoamericanos con derecho a voto, indica que el 59% aprecia como "inefectiva" la actual política estadounidense hacia Cuba, y un 23% dice que las nuevas restricciones han traído "serias dudas" sobre el compromiso de Bush con el exilio.
"Somos diversos, pero tenemos el propósito común de desafiar el bloqueo de nuestro Gobierno contra Cuba", declaró ayer, al llegar a La Habana, Lucius Walker, líder del grupo Pastores por la Paz, organizador de una caravana solidaria que en los últimos meses ha recorrido 127 ciudades estadounidenses recogiendo ayuda humanitaria para Cuba. Desde 1992, Pastores por la Paz ha organizado 14 caravanas similares, pero la actual cobra especial relevancia por coincidir con la entrada en vigor de las últimas medidas de EE UU para restringir los viajes de los exiliados y el envío de remesas y paquetes a sus familiares en la isla.
Walker y los 120 integrantes de la delegación llegaron ayer procedentes de México tras recoger en su país 126 toneladas de "ayuda humanitaria". Los voluntarios afirmaron que, al cruzar la frontera de EE UU, las autoridades les advirtieron que todos los que viajaran sin licencia a su regreso les sería aplicada "con todo rigor" la ley, que establece severas multas y hasta penas de prisión. "Pero una vez más decimos que esto lo único que logra es fortalecer nuestra determinación, porque sabemos que el bloqueo contra Cuba es inmoral, ilegal, ilógico e injusto", dijo Walker, quien consideró muy "alentadora" la enmienda aprobada por el Congreso. Esta iniciativa, que debe ser votada esta semana en el Senado, impediría a las autoridades de EE UU contar con los recursos necesarios para hacer cumplir las restricciones aprobadas por la Casa Blanca para endurecer el embargo.
Además de los Pastores por la Paz, en los últimos días llegaron a la isla otros dos grupos de organizaciones del exilio solidarias con Cuba: 81 jóvenes de la Brigada Venceremos, de EE UU, y 76 de la Brigada Juan Ríus Rivera, de Puerto Rico. Ambas delegaciones participan en jornadas de trabajo voluntario y han planteado su viaje como una denuncia a la "prepotencia" de Bush.
Mientras tanto, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, consideró estos viajes y la votación del Congreso como una demostración de que la política de Bush hacia Cuba "está condenada al fracaso". "No tienen siquiera el respaldo de un sector muy significativo de su propio partido. ¿Cuánto tiempo podrán imponer esta política? Está por verse", afirmó Alarcón al inaugurar una exposición en La Habana sobre los atentados del 11-S, con la participación de artistas cubanos y de Estados Unidos.
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