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Mohamed VI pide a Bush que no imponga el plan Baker para el Sáhara

El rey Mohamed VI de Marruecos fue recibido ayer en la Casa Blanca por el presidente de EE UU, George Bush, al que iba a pedir, según fuentes diplomáticas citadas por la prensa, que no imponga el llamado plan Baker para el Sáhara Occidental. Mohamed VI solicitó a Bush que fomente una "solución política" consistente en propiciar un diálogo entre Rabat y Argel, según esas fuentes. Tras la entrevista, Bush ofreció un almuerzo a su huésped.

Su anfitrión estadounidense instó, por su parte, al monarca alauí a brindar su ayuda a la coalición en Irak. Washington desearía que Marruecos fuese uno de los países árabes que aportasen tropas, pero, por ahora, Rabat sólo parece dispuesto a entrenar en su territorio al futuro Ejército y a las fuerzas de seguridad iraquíes.

La visita de Mohamed VI a Washington se produce en un momento estelar de las relaciones entre ambos países. A principios de junio, Bush designó a Marruecos como aliado preferente de EE UU no perteneciente a la OTAN, lo que le permitirá, si dispone de recursos, adquirir armas norteamericanas sofisticadas y participar en programas secretos de investigación militar.

Días después ambos países firmaron un tratado de libre comercio, el primero de esta índole que EE UU suscribe con un Estado africano, y el segundo, después de Jordania, con un país árabe. El acuerdo, que conlleva la supresión de muchos aranceles a partir de 2005, permitirá, en teoría, incrementar las exportaciones marroquíes del otro lado del Atlántico. Por ahora, el comercio bilateral es muy escaso.

La dimisión, el mes pasado, de James Baker, el norteamericano nombrado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para buscar una solución para el Sáhara, ha apaciguado, por otra parte, el temor de Marruecos de que se imponga el plan de paz elaborado por este amigo de la familia Bush y respaldado hace un año por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Rabat rechaza el plan, que sus adversarios, el Frente Polisario y Argelia, acabaron aceptando.

La estancia del soberano en Washington ha estado marcada por nuevas protestas por las crecientes violaciones de los derechos humanos en Marruecos. Esta vez ha sido la organización Human Right Watch (HRW) la que, por boca de su directora para África del Norte y Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, ha instado a Bush "a decir claramente que los derechos humanos no pueden ser sacrificados en el altar de la lucha contra el terrorismo". HRM ha criticado con dureza la ley antiterrorista, aplicada en Marruecos después de los atentados de Casablanca hace 15 meses. A finales de junio Amnistía Internacional publicó un demoledor informe sobre la reintroducción sistemática de la tortura en Marruecos contra los islamistas a partir de la primavera de 2002.

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George W. Bush (derecha) da la bienvenida a Mohamed VI, ayer en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
George W. Bush (derecha) da la bienvenida a Mohamed VI, ayer en el Despacho Oval de la Casa Blanca.EFE

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