Berlusconi presenta un duro ajuste fiscal y consigue eludir la reprimenda de la UE

Inmerso en la más grave crisis de su mandato, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, tuvo ayer un mínimo respiro al librarse en Bruselas de la reprimenda prevista por poner en riesgo el cumplimiento del Pacto de Estabilidad. Dos días después de la dimisión de su ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, Berlusconi acudió a la reunión de titulares europeos de Finanzas (Ecofin) porque ha asumido esa cartera y se comprometió a recortar sus presupuestos para este año en 7.500 millones de euros para que el déficit público italiano no sobrepase el límite del 3% del producto interior bruto (PIB) fijado en el Pacto de Estabilidad. Escapó así de la alerta rápida que proponía la Comisión.

La propuesta de Berlusconi, que aún debe ser aprobada por el Parlamento italiano, supondrá una reducción del déficit de 0,6 puntos, sobre todo gracias al recorte de 5.500 millones de gasto. En efecto, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el español Joaquín Almunia, había presentado a los ministros un informe en el que exigía a Italia que redujera su desequilibrio presupuestario en 0,5 puntos. De no producirse ese tipo de correcciones, el déficit italiano habría llegado este año al 3,2%, según las estimaciones de la Comisión.

Además, el Gobierno italiano, como acordó ayer el Ecofin, tendrá que dedicar más dinero a reducir el déficit y la deuda (106% del PIB, la más elevada de Europa) si hay un crecimiento superior al previsto y, sobre todo, deberá elaborar unos presupuestos para 2005 que aseguren de forma sólida el cumplimiento del Pacto por encima de las medidas puntuales para este año.

La reacción italiana fue "adecuada", en opinión de Gerrit Zalm, ministro de Finanzas de Holanda, el país que preside la UE este semestre, porque "ha respondido a las inquietudes expresadas por la Comisión", agregaron los ministros en una nota conjunta. Para el comisario Almunia, las propuestas de Berlusconi "corresponden prácticamente a lo que la Comisión planteaba".

Pero lo ocurrido ayer es también un nuevo capítulo sobre la imposibilidad de aplicar el Pacto con rigor en estos momentos. Almunia quiso aplicar esa alerta rápida a Italia hace dos meses, pero hubo prórroga por la proximidad de las elecciones europeas. Antes, en noviembre de 2003, Francia y Alemania forzaron que quedara en suspenso la vía de las sanciones contra ellos, los dos principales incumplidores del Pacto. Casi dos años antes, Alemania no permitió que esa alerta rápida se lanzara contra Berlín. La Comisión ya acudió al Tribunal de la UE por la actitud del Ecofin y el próximo día 13 se conocerá el veredicto. A la vez, la Comisión y los Gobiernos debaten cómo modificar y flexibilizar el Pacto.

Y, sin embargo, al menos las formas se mantienen en esta época de interinidad. Ayer, el Ecofin lanzó oficialmente el procedimiento por déficit excesivo contra Grecia (primera víctima al respecto por sus políticas procíclicas y su elevada deuda) y contra seis países que acaban de incorporarse a la Unión: República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Malta y Chipre. Grecia, cuyo déficit el año pasado fue del 3,2%, debe presentar sus propuestas de rectificación en noviembre. Los demás cuentan con plazos más generosos. Francia, Alemania y Holanda, y en menor medida Reino Unido, tienen abiertos expedientes por elevados déficit.

Los ministros escucharon a Almunia sus primeras ideas generales sobre cómo modificar la aplicación del Pacto (tener más en cuenta la deuda, ser riguroso en época de bonanza, estudiar caso por caso al exigir un plazo de cumplimiento...) y lo harán de nuevo en septiembre, con el veredicto del Tribunal ya asumido.

Solución "digna"

Entretanto, la jornada de ayer se salvó "dignamente", como dijo uno de los asistentes, para unos y otros. Berlusconi se libró de la reprimenda, pero no gratuitamente. La Comisión no vio cumplido su deseo de lanzar la alerta rápida, pero su recomendación de que Italia se apretara el cinturón se materializó al menos sobre el papel.

Berlusconi estaba tan satisfecho que anunció su intención de seguir con la cartera de Finanzas hasta fin de año (ya asumió once meses la de Exteriores) y hasta contó chistes: un anciano indio siempre auguraba un mal invierno y, por eso, los indios se aprestaban a almacenar leña; preguntado después en qué se basaba para asegurar que haría mal tiempo, respondía: "Porque los indios están almacenando leña". Moraleja de Berlusconi: repite tanto la Comisión que Italia va mal que al final todo el mundo lo va a creer.