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París pide más diálogo al BCE

Carlos Yárnoz

La polémica con mayor carga de profundidad durante las reuniones del Eurogrupo y del Ecofin fue lanzada ayer por el ministro francés de Finanzas, Nicolas Sarkozy, a través de una carta dirigida al presidente de ambos clubes, el holandés Ferry Zalm. En la carta, Sarkozy reclama "un diálogo franco y directo" entre el presidente del Banco Central Europeo (BCE), hoy el francés Jean-Claude Trichet, y los ministros europeos de Finanzas para añadir que, así como los Gobiernos "tienen en cuenta para sus políticas la reacción del BCE", también es "importante" que el banco conozca los puntos de vista de los Gobiernos "para tenerlos en cuenta si quiere".

Algunos asistentes a la reunión debieron verse algo alarmados por este planteamiento ante una institución cuyo principal valor es el de su independencia. Por eso, el vicepresidente español Pedro Solbes declaró con respecto a la carta de Sarkozy: "Creo que no está ahí el problema. Tenemos intercambios con el presidente del BCE, que es invitado a todas las reuniones del Eurogrupo. Y el presidente del Eurogrupo, a las del BCE. El diálogo puede darse siempre que se respete la independencia del BCE".

Independencia

"Creo mucho en la independencia del BCE, garante de su credibilidad", señala Sarkozy en su carta, pero "no debe impedir un diálogo abierto y constructivo entre los Gobiernos y el BCE sobre la estrategia económica de Europa, sobre todo en la articulación entre las políticas presupuestarias de los Estados y la política monetaria". Al respecto, asegura que Alemania y Francia han emprendido desde 2002 profundas reformas cuyas consecuencias económicas deben tratarse en ese diálogo con el BCE y que en EE UU es normal que Alan Greenspan hable con el Secretar del Tesoro.

El ministro francés quiere que este delicado asunto, abordado por vez primera de forma pública y directa por un ministro europeo de Finanzas, sea tratado en la reunión que el Eurogrupo y el Ecofin tendrán a comienzos de septiembre. En los dos últimos años, y a raíz del estancamiento económico registrado en Europa, tanto desde Berlín como desde París surgieron diversas sugerencias y hasta presiones para que el BCE bajara los tipos de interés, pero tanto el actual presidente del banco europeo, como su antecesor, el holandés Wim Duisemberg, reiteraron que la institución tomaba sus decisiones con absoluta independencia.

Fuentes de la Comisión destacaban que los mercados bursátiles no se mueven lo más mínimo cuando se producen ese tipo de presiones de los Gobiernos, y sí cuando el BCE apunta alguna tendencia; una prueba, señalan, del alto grado de independencia logrado por el BCE.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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