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La marcha de Durão Barroso abre una crisis en Portugal

La 'número dos' del Gobierno se rebela contra el candidato oficial a primer ministro

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El presidente portugués anuncia la convocatoria de elecciones anticipadas

La oposición ya pidió elecciones anticipadas. Sin embargo, el aún primer ministro portugués, sólo ayer hizo una primera -y corta- declaración pública en Estambul, una ciudad bien lejana de la sorprendida Lisboa. "Anunciaré mañana mi decisión" [sobre si acepta la invitación para ser presidente de la Comisión Europea], dijo Durão a los periodistas al margen de la cumbre de la OTAN.

"El presidente de la Comisión Europea me ha dicho que mi nombre ha recibido el apoyo general de todos mis colegas de la UE y eso me anima a aceptar el cargo", añadió. Durão dijo que la decisión es difícil, porque es primer ministro de Portugal, y por tanto deberá analizar con Jorge Sampaio, presidente de la República, las implicaciones internas de su salida del Gobierno en medio del mandato.

El torbellino político en que se sumergió Portugal durante el fin de semana no podría estar más distante de este discurso. Durão ya no forma parte de la escena política portuguesa. Está más que asumido que será el nuevo presidente de la Comisión Europea. Y, en general, todos están de acuerdo en que eso es bueno para el país. Le critican tan sólo por tardar tanto en explicarse ante los portugueses.

Las atenciones se centran ahora en saber quién será el nuevo primer ministro portugués y de qué forma será elegido. La llave del secreto la tiene Sampaio, quien decidirá si acepta un nuevo Gobierno designado por el PSD -el partido más votado en las últimas legislativas- o si prefiere convocar elecciones.

Hasta el domingo, todas las fuentes coincidían en que Sampaio aceptaría nombrar a Pedro Santana Lopes, alcalde de Lisboa y número dos del PSD, como primer ministro, respetando de esta forma la voluntad de Durão. Pero Santana Lopes es, probablemente, el dirigente más polémico del PSD, por su estilo populista. Varias figuras destacadas del partido, la mayoría cercanas al ex primer ministro Aníbal Cavaco Silva, salieron a la palestra para decir que no están de acuerdo con su nombramiento como primer ministro.

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Una de las voces más críticas es Manuela Ferreira Leite, ministra de Hacienda, número dos del Gobierno y una de las personas con mayor poder dentro del Ejecutivo de Durão. Ferreira Leite fue la responsable de la política de contención de gastos públicos llevada a cabo durante los últimos dos años para cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que condicionó todas las opciones del Gobierno de Durão. Su estilo no podría ser más distinto del populista Santana Lopes.

En declaraciones al diario Público, la ministra destacó que Santana Lopes ya se presentó tres veces como candidato para liderar el PSD y nunca ganó las elecciones. Nombrarlo ahora líder del partido para legitimar su designación como primer ministro sería "un golpe de Estado dentro del PSD", afirmó.

Otras figuras del PSD llamaron a sus compañeros a manifestarse en público contra Santana Lopes para que Sampaio vea que no existe unanimidad. Esta facción defiende la celebración de un congreso extraordinario para encontrar un nuevo líder y dicen que el sucesor natural de Durão Barroso es Ferreira Leite, al ser la número dos del Ejecutivo.

Santana Lopes tiene el apoyo de los órganos dirigentes del PSD, pero difícilmente ganaría una elección en un congreso, donde todos los militantes tienen derecho a votar.

La ministra de Hacienda, Manuela Ferreira Leite, en 2002.
La ministra de Hacienda, Manuela Ferreira Leite, en 2002.REUTERS

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