Irlanda protege a Bush con el mayor dispositivo policial de su historia
Protestas en todo el país contra la visita
Irlanda se ha blindado como nunca para la corta visita del presidente estadounidense, George W. Bush, que anoche llegó para asistir a la cumbre anual entre la UE y EE UU y que saldrá este mediodía rumbo a Turquía. El Gobierno de Bertie Ahern ha movilizado alrededor de 2.000 soldados, blindados, barcos y helicópteros en un despliegue sin precedentes en un país que se vanagloria de su pacifismo y su neutralidad.
Las fuerzas de seguridad irlandesas se ven reforzadas con unos 700 agentes norteamericanos. Sistemas de control de alta tecnología complementan la instalación de planchas metálicas en los límites del hotel que acoge la cumbre, transformado en un fortín del que serán mantenidos a gran distancia los miles de manifestantes convocados a protestar contra el presidente Bush por la invasión de Irak.
A medio camino entre el aeropuerto de Shannon y la localidad de Newmaket on Fergus, donde se encuentra el hotel Dromoland Castle que acoge la reunión, unas decenas de manifestantes eran la avanzadilla de lo que confiaban ver por la noche: una nutrida concentración de protesta. La carretera iba a ser cerrada durante 24 horas. Pancartas y carteles contra el presidente norteamericano dejaban bien claro el pensamiento de los reunidos. "Irlanda no debería recibir a Bush porque es un criminal de guerra", decía William Hederman. "Hay fundamento de sobra en el Derecho Internacional para procesarle".
Miembros del grupo elevaron hace días al fiscal general de Irlanda una petición para la detención y el procesamiento del presidente de EE UU como presunto violador de convenciones y tratados de los que Irlanda es signatario. Su petición no tuvo éxito y ayer referían su fracaso sin frustración, como un hecho más de la vida. Una pancarta colgaba de un árbol: "Abajo este estado de cosas".
El ánimo de los manifestantes estaba tranquilo. "La manifestación será pacífica, a pesar del despliegue de seguridad", pronosticaba Terry Clancy. "El apoyo popular a la protesta es tan grande que si hubiera represión se volvería contra el Estado". Antes de la llega del presidente de Bush, la policía detuvo a tres pacifistas que protestaban desde una lancha en el río Shannon, no lejos del aeropuerto. En Dublín y en otras ciudades irlandesas había programadas anoche manifestaciones de protesta.
El Estado no ha escatimado medios para proteger al presidente de EE UU. Más de 4.000 de los 11.200 policías del país han sido desplegados para garantizar la seguridad. En total, junto con los soldados, casi 7.000 efectivos apoyados por tierra, mar y aire. Blindados anfibios rastrean las zonas lacustres del estuario del Shannon. El espacio aéreo está sometido a restricciones y ayer se cerró para el aterrizaje del Air Force One. La operación ha sido evaluada oficiosamente en tres millones de euros.
Discrepancias
La declaración sobre Irak que hoy saldrá de la cumbre formal va a confirmar la apertura de una nueva fase de colaboración entre Estados Unidos y la UE para resolver la crisis en la que se haya sumido el país árabe, pero el presidente de turno de la UE, Ahern, se pondrá el casco de primer ministro irlandés para, en el encuentro bilateral con Bush, manifestarle la desaprobación de su Gobierno con determinadas actuaciones de la política exterior de la superpotencia. "Está claro que discrepamos en muchos aspectos", adelantó la viceprimera ministra irlandesa, Mary Harney, al Parlamento. "Eso se le va a dejar claro al presidente". El ministro de Justicia, Michael McDowell, se ha alzado contra el tratamiento que reciben los prisioneros de la base de Guantánamo.
Bush aparenta desconocer los recelos que suscita en el Gobierno irlandés, que ha insistido en que recibe al jefe de la Casa Blanca por corresponder a Irlanda la presidencia de la UE en este semestre (hasta el 1 de julio). En declaraciones a la televisión irlandesa, Bush aseguró el jueves que la mayoría de los países europeos apoyan su intervención en Irak.
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