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TRASPASO DE PODER EN IRAK | El control de la seguridad

El nuevo Ejército iraquí nace sin medios

A cinco días para el traspaso del poder y con un país sumido en el caos, las nuevas Fuerzas Armadas iraquíes apenas cuentan con unos 5.000 miembros

Ángeles Espinosa

El grupo de soldados iraquíes acudía radiante ayer por la mañana a una entrevista con su ministro de Defensa, Hazem al Shaalán. Es la primera vez en la historia de Irak que un civil va a dirigir las Fuerzas Armadas por lo que la visita trascendía el mero protocolo y tenía un gran simbolismo político. Cuando llegaron al recinto fortificado de la zona verde (donde se concentran las instalaciones gubernamentales y de Estados Unidos), varios de ellos se negaron a ser cacheados por los uniformados estadounidenses que vigilan el perímetro y con los que en teoría van a trabajar a partir del 1 de julio. Quien espere que los nuevos militares iraquíes van a ser dóciles a las órdenes de los norteamericanos, no conoce este país.

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La resolución 1546 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas establece que debe arbitrarse un mecanismo de coordinación entre las nuevas Fuerzas Armadas iraquíes y la Fuerza Multinacional que, a petición de las autoridades iraquíes, va a permanecer en el país. "Se está trabajando en ello, pero es una competencia que está por encima del ministro de Defensa", explica a un pequeño grupo de periodistas Frederick Smith, el principal asesor de la Autoridad Provisional de la Coalición en cuestiones de seguridad. El asesor apunta que habrá un comité político-diplomático y otro militar para resolver los problemas. "Serán las embajadas de los países con tropas sobre el terreno los que coordinarán su actividad con las autoridades locales", dice sin entrar en detalles.

No es el único punto de posible fricción ante el traspaso de soberanía que se producirá dentro de cinco días. El propio cometido del Ejército ha sido revisado por los responsables del nuevo Gobierno iraquí en un intento de reafirmar su independencia de los ocupantes que los han designado. "En alguna ocasión y por un periodo limitado, es posible que el Ejército tenga que apoyar a la policía en tareas de seguridad interna", reconoce Smith, "pero su principal misión es la defensa del país". El hombre que ha diseñado el organigrama del Ministerio de Defensa encaja así el giro que el primer ministro iraquí, Ayad Alaui, dio el domingo a la estructura de las fuerzas de seguridad.

Alaui ha convertido la seguridad en el asunto prioritario de su Gobierno. Sin embargo, persisten las dudas sobre la capacidad real de las fuerzas iraquíes para hacer frente a la ola de violencia política y actos terroristas. La disolución del Ejército de Sadam Husein tras el final de la guerra, duramente criticada por Alaui, y la desbandada policial han obligado a formar una nueva estructura de seguridad partiendo desde cero y en el tiempo récord de un año.

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"Estamos en el camino de lograr nuestro objetivo", dice Smith con optimismo. "Hace ocho meses, cuando llegué a Bagdad, no había planes para poner en marcha un Ministerio de Defensa hasta la primavera de 2005, pero con el acuerdo del 15 de noviembre, cuando se decidió adelantar el traspaso de la soberanía todo cambió". No obstante, este funcionario con 26 años de experiencia en el Pentágono, asegura que al acelerar el proceso no se han sacrificado los principios básicos.

"Lo principal es el control civil de las Fuerzas Armadas", destaca. Además, los expertos se han esforzado porque la organización sea "fácil y funcional" y que el ministerio "integre en su estructura al jefe del Estado Mayor del Ejército". Bajo su dirección operan además del Ejército, el Cuerpo de Defensa Civil Iraquí (ICDC, una especie de Guardia Civil que constituye el principal instrumento de seguridad interior), la fuerza de intervención rápida, el grupo de Operaciones Especiales y la fuerza de Defensa Costera.

Aún así, el objetivo último de tener entre 32.000 y 35.000 soldados para principios de 2005 parece lejano. De los 27 batallones previstos, sólo seis se encuentran operativos (unos 5.400 hombres). "Hay 24.000 reclutas recibiendo entrenamiento y cada mes se licencian nuevas fuerzas", subraya Smith. "Es un proceso deliberadamente lento porque lleva tiempo", admite. La ICDC tiene 30.000 hombres en la calle, concentrados en la lucha contra el terrorismo. La policía, cinco veces más numerosa, se ocupa de la criminalidad común y la protección de instalaciones y depende del Ministerio del Interior.

Smith reconoce que "prácticamente todos los altos cargos militares que ahora forman parte de la estructura de Defensa sirvieron con anterioridad en el Ejército de Sadam". Eran los únicos con experiencia. El personal civil, al igual que algunos oficiales, ha sido enviado a Estados Unidos para realizar cursillos de preparación. ¿Existe el peligro de que vuelvan sus armas contra la fuerza multinacional que va a permanecer en Irak? Smith no lo cree. "De todas maneras, carecen de carros de combate y armamento pesado", dice poniendo en evidencia una de las carencias: la falta de medios.

"No necesitan carros de combate de momento", afirma Smith. "Los nuevos dirigentes no quieren arruinar este país de la forma que lo hizo Sadam con el gasto armamentístico". Aún así, hay algunas indicaciones de que necesitan más material. En los ataques de ayer a diversas comisarías, los asaltantes disponían de más armas que los propios policías. "Teniendo fusiles y lanzagranadas se puede asaltar cualquier comisaría del mundo", apunta un oficial estadounidense de alta graduación. A pesar de este comentario reconoce la necesidad de dotar de más armas a policía y guardia civil.

Un muchacho iraquí, que carga al hombro a un niño herido, se aleja del lugar en que explotó uno de los coches bomba que ayer sacudieron Bagdad.
Un muchacho iraquí, que carga al hombro a un niño herido, se aleja del lugar en que explotó uno de los coches bomba que ayer sacudieron Bagdad.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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