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Una incursión de guerrilleros chechenos causa 57 muertos en el Cáucaso ruso

Cientos de rebeldes participaron en el mayor ataque contra fuerzas de Moscú en cuatro años

La guerrilla independentista chechena lanzó en la noche del lunes un sorprendente ataque contra Ingushetia, república norcaucásica de la Federación Rusa vecina a Chechenia, e infligió a las fuerzas rusas las mayores pérdidas sufridas en combate en los últimos cuatro años. Un total de 47 policías y miembros del Servicio Federal de Seguridad, la fiscalía y guardafronteras perecieron en los combates, que también dejaron al menos 10 civiles muertos y cerca de 60 heridos. Vladímir Putin visitó ayer la zona. "Halladlos y aniquiladlos" fue la orden dada por el presidente ruso.

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Nazrán, la ciudad ingush más importante, se encuentra entre las atacadas. Además, los rebeldes liquidaron a varios altos funcionarios, como Abukar Kustóyev, que encabezaba el Ministerio del Interior de Ingushetia; el jefe de seguridad del mismo, Zaudín Katíyev; el fiscal de distrito, Bilán Ozíyev; el fiscal de Nazrán, Mujarbek Muzurtánov, y otros importantes cargos. Por el contrario, sólo murieron, según los rusos, dos atacantes.

La operación de la guerrilla comenzó poco antes de la medianoche del lunes, con un ataque simultáneo contra la sede del Ministerio del Interior ingush, sus almacenes y los cuarteles de los guardafronteras en Nazrán. A esa hora, otros grupos de separatistas atacaban las localidades de Karabulak y Sleptsóvskaya.

Los rebeldes eran entre 200 y 500 hombres, según las diversas fuentes. Encabezaba el ataque el principal comandante guerrillero Shamil Basáyev o su mano derecha, según dijo el viceprimer ministro ingush, Bashir Áushev. Basáyev, famoso por sus audaces operaciones, la principal de las cuales fue la incursión contra la ciudad rusa de Budiónnovsk en 1995, es el rebelde más buscado por Rusia. Pese a que perdió una pierna cuando se retiró de Grozni con sus hombres, a principios de 2000, sigue activo y los esfuerzos por capturarle han sido infructuosos.

Aunque los rusos han puesto buena cara al mal tiempo y aseguran que la guerrilla no logró su objetivo, los rebeldes informaron en su página de Internet que tomaron la sede del Ministerio del Interior durante varias horas y que se replegaron de forma ordenada. Sea como fuere, el hecho es que dicha sede ha quedado prácticamente destruida y que los guerrilleros se llevaron grandes cantidades de armas que allí encontraron. Y sus mínimas bajas muestran que el ataque resultó todo un éxito.

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El objetivo de los guerrilleros aparentemente era demostrar que aún tienen capacidad de organizar ataques y sembrar el pánico entre las fuerzas del orden ingushes promoscovitas. Varios testigos cuentan que los rebeldes se dieron a la caza de policías y funcionarios de la fiscalía, que mataban en cuanto los descubrían, pero dejaban con vida a los policías del tránsito.

Serguéi Ivanov, el ministro de Defensa de Rusia, aseguró que en Ingushetia hay suficientes efectivos para repeler cualquier ataque guerrillero, pero de todas maneras fueron enviados refuerzos desde la vecina Chechenia.

Después del ataque de los guerrilleros, las autoridades han organizado un operativo para perseguirlos y aniquilarlos, según informó el general Iliá Shabalkin, portavoz de los militares en el Cáucaso del Norte. "Los agentes de las fuerzas del orden y los destacamentos militares ayudarán a acabar con la incursión de las bandas armadas ilegales", señaló Shabalkin, quien agregó que en los ataques habían participado tanto chechenos como ingushes. Para el portavoz militar, "las acciones de los guerrilleros tenían un carácter abiertamente demostrativo" y su fin es conseguir que aumente "el flujo de financiación proveniente de organizaciones terroristas extranjeras".

Anatoli Kvashnín, jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, afirmó que, pese al ataque guerrillero contra Ingushetia, no piensa aumentar el número de tropas emplazadas en la zona. "No hay necesidad alguna y las unidades del Ministerio de Defensa están actuando en forma adecuada a la situación", declaró.

El ataque se produjo días después de que el presidente independentista Aslán Masjádov asegurara en una entrevista a la radio norteamericana Libertad que el número de combatientes estaba aumentando y que la guerrilla preparaba nuevas operaciones tanto en Chechenia como fuera de su territorio.

Un agente mira el cadáver de un policía muerto en el ataque a Nazrán.
Un agente mira el cadáver de un policía muerto en el ataque a Nazrán.AP

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