Al Qaeda decapita al secuestrado estadounidense en Arabia Saudí
La policía saudí mata al jefe del grupo terrorista en la región
Militantes de Al Qaeda decapitaron ayer al ingeniero estadounidense Paul Marshall Johnson, de 49 años, que secuestraron hace una semana en Arabia Saudí y, en una nueva vuelta de tuerca del horror, difundieron las imágenes a través de Internet. "Saut al Yihad, órgano de Al Qaeda en la península Arábiga, anuncia la decapitación del rehén estadounidense después de la expiración del ultimátum dado a los tiranos de Arabia Saudí", señala el comunicado de los terroristas, que habían exigido la liberación de los presos islamistas.
Ni las apariciones de los padres y la esposa de Johnson, empleado de una empresa norteamericana de defensa, ante las cámaras de varias televisiones implorando la liberación, ni el llamamiento, realizado ayer, por el imán de la gran mezquita de La Meca lograron apiadar a los secuestradores. "Matar a un ser humano sin motivo es uno de los peores pecados que se puedan cometer en el islam", aseguró en la ciudad santa el jeque Saleh bin Abdulá bin Humaid.
Desde EE UU, el presidente Bush condenó el crimen -"No hay justificación alguna para este asesinato"- y aseguró que "América no se dejará intimidar".
El Gobierno saudí, con el apoyo de las autoridades estadounidenses, se negó a cumplir con las exigencias de los terroristas -liberar a todos los detenidos de Al Qaeda en Arabia Saudí-, que fueron difundidas el martes también en Internet, junto con un vídeo del estadounidense secuestrado. También mostraron imágenes del asesinato de otro estadounidense, Robert Jacob, de 44 años, en la capital saudí. En las últimas semanas se han multiplicado los ataques contra los occidentales en el reino.
La respuesta fue terrible. "Este acto de venganza es para que cicatricen los corazones de los creyentes en Palestina, en Afganistán, en Irak o en la península Arábiga", señala el comunicado del grupo islamista radical. El texto está acompañado de tres fotografías, una de las cuales muestra la cabeza cortada de Johnson, bañada en sangre y colocada sobre su espalda. "Ésta es la voz de la cólera de Dios... por el tratamiento que reciben los musulmanes en Abu Ghraib, Al Hair, Guantánamo, Ruwais y otras", agrega el texto que acompaña a las brutales imágenes en referencia a diferentes prisiones estadounidenses o saudíes.
Johnson trabajaba para la empresa Lockheed Martin, que produce helicópteros de combate utilizados por el Ejército de EE UU. El comunicado de los terroristas asegura que ha sido asesinado como venganza por lo que "los musulmanes han sufrido a causa de los Apache y de sus armas".
Ya por la noche, fue localizado el cuerpo de Johnson y se produjeron enfrentamientos entre la policía saudí y militantes de Al Qaeda en los que resultó muerto Abdel Aziz Al Muqrin, jefe del grupo terrorista en la península arábiga. Otros dos terroristas murieron acribillados y un tercero fue detenido.
Los ataques contra extranjeros en el mayor productor del mundo de petróleo y patria natal de Al Qaeda se han acelerado en los últimos meses, y tanto el Gobierno estadounidense como el británico han pedido a sus ciudadanos que no desempeñen funciones esenciales que salgan y al resto que se mantengan especialmente vigilantes. El mismo día del secuestro de Johnson, que llevaba diez años en Oriente Próximo, fue asesinado otro estadounidense, Kenneth Scroggs.
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