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60 AÑOS DE BRETTON WOODS

Rato pide a EE UU un "esfuerzo" para reducir su déficit y más reformas a la UE

Solbes pide a los organismos multilaterales más transparencia y mejor prevención de las crisis

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, insistió ayer en que EE UU debe "hacer un esfuerzo activo" para reducir su déficit y, de paso, recordó a la UE y a Japón que deben seguir adelante con las reformas estructurales necesarias para asegurarse un crecimiento lo más sostenido posible. Rato aprovechó la conmemoración del 60º aniversario del acuerdo de Bretton Woods (origen del FMI y el Banco Mundial) para reiterar el aviso que ya había destacado el organismo en su último informe de la economía mundial de abril pasado. En la misma línea se pronunció ayer el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana.

El flamante director gerente del Fondo (asumió oficialmente el cargo hace una semana), destacó que las economías industrializadas deben contribuir a un crecimiento económico más equilibrado y sostenido, porque "aunque un país no se encuentre en situación de riesgo, puede estar contribuyendo a los desequilibrios mundiales y poniendo en peligro al resto del mundo". Junto a este esfuerzo que deben hacer los países ricos, el FMI, según Rato, "debe intentar anticiparse a los acontecimientos que afectarán a la economía mundial en las próximas décadas, como la creciente participación de India y China, y el envejecimiento de la población en los países ricos.

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Final feliz

En el discurso de Rato hubo anécdotas de la historia del Fondo, pero predominaron las de final razonablemente feliz. Mencionó los aciertos de las intervenciones del FMI en Corea del Sur durante la crisis asiática, pero omitió la desastrosa y muy criticada gestión del Fondo para Indonesia en el mismo periodo. Tampoco mencionó el fallido prestámo a Rusia tras la crisis del rublo del 98. Hubo referencias a las últimas acciones del FMI en Brasil y Argentina, que finalmente ayudaron a ambos países a sortear las últimas crisis. Pero nada dijo de las previas gestiones del Fondo en la zona.

Borrón y cuenta nueva, pero no tanto. En línea con la política que ya marcó Köhler, Rato sostuvo que en el ámbito de la solución de una crisis, el mayor problema es cómo proporcionar un gran volumen de asistencia financiera de manera y, al mismo tiempo, tener la certeza de que se aplican políticas económicas acertadas. El FMI, según Rato, debe ser capaz de decir "no" de manera selectiva y con mayor contundencia que en el pasado, lo que serviría, a su juicio, para reforzar los incentivos "para adoptar las políticas adecuadas". El director gerente abogó por vincular el acceso a los recursos del organismo a las medidas adoptadas por el país en cuestión antes de la crisis, e incluso con la forma en que responde al proceso de supervisión y cumple las normas y códigos. Probablemente, ésta es la mayor lección que le dejó Argentina al FMI.

Rato, que pronunció su discurso en inglés, al igual que Jaime Caruana y el ministro de Economía, Pedro Solbes, admitió que no es realista esperar que las crisis desaparezcan aun cuando los supervisores sean eficientes y rigurosos. Por ello, dijo, el Fondo debe mitigar el impacto y reducir la duración de las crisis. Rato concluyó que la globalización financiera es positiva, pues permite encauzar capital privado para financiar la inversión y el crecimiento y para afrontar perturbaciones externas. Sin embargo, reconoció que los flujos de capital han sido para muchas economías emergentes un factor de inestabilidad, al generar perturbaciones difíciles de controlar. Justamente lo que Keynes quiso evitar cuando firmó el acuerdo de Bretton Woods.

Pedro Solbes destacó que los organismos multilaterales tienen un importante reto de futuro: mejorar su transparencia y su contabilidad, así como perfeccionar las labores de prevención. "Si lo hacen, permitirán que la opinión pública entienda mejor el crucial papel que estas instituciones juegan en el sistema financiero internacional", vaticinó Solbes. Además de esforzarse en prevenir crisis, el FMI debe desarrollar instrumentos financieros nuevos y mejor orientados, según el ministro.

Solbes se refirió al papel de España en los organismos multilaterales para demandar mayor representatividad. "La cuota española en el Banco Mundial y en el Fondo está por debajo de su valor teórico y somos conscientes de los problemas que esto implica", advirtió.

Rodrigo Rato (izquierda) cede el paso a Pedro Solbes, que es seguido por Jaime Caruana.
Rodrigo Rato (izquierda) cede el paso a Pedro Solbes, que es seguido por Jaime Caruana.RICARDO GUTIÉRREZ

Estreno en casa

Ha pasado una semana desde que Rodrigo Rato accedió a su nuevo cargo; pero no fue hasta ayer cuando el estreno alcanzó tintes de pomposidad. Fue con la celebración del sexagésimo aniversario de Bretton Woods y en casa. Mejor imposible. España, que tardó más de una década en entrar en el FMI, está ahora en la cúspide del organismo, con un español como máximo dirigente.

Evidentemente, Rato no estuvo solo. Le arropó, por un lado, el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes y, por otro, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, del que corrió a cargo la organización desde tiempos en los que Rato ni siquiera pensaba que algún día estaría a su frente. Madrid había sido elegida, por una vez, como centro financiero internacional hace ya un año. Lo de Rato vino por añadidura.

No podían faltar, y no faltaron, representantes del mundo financiero y político español ni otros invitados extranjeros, ávidos de conocer de cerca al nuevo responsable del FMI. Quizá por un exceso de educación o quizá porque el idioma del capital es el inglés, los tres oradores de ayer pronunciaron sus discursos en esa lengua, pese a que la gran mayoría del auditorio era de habla hispana.

Entre ellos, Emilio Botín, presidente del Santander, y Francisco González, del BBVA. Ana Patricia Botín, de Banesto, y José Luis Leal, de la patronal bancaria AEB. Blas Calzada, presidente de la Comisión de Valores, y Antonio Gutiérrez, diputado socialista y ex secretario general de CC OO. Y algunos secretarios de Estado: Miguel Ángel Fernández Ordónez (Hacienda), David Vegara (Economía) y Pedro Mejía (Turismo y Comercio).

Entre los foráneos, uno de los candidatos que sonó como rival de Rato para ocupar el puesto de director gerente del FMI, el estadounidense Stanley Fischer; el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, y el vicegobernador del Banco Central de China, Li Ruogu, quien puso la nota exótica a la reunión.

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