El petróleo eleva el IPC interanual de EE UU a máximos de tres años

El temor que han acusado estos días los mercados internacionales a un repunte de la inflación en EE UU, por las alzas del petróleo, se ha materializado. En mayo se produjo la mayor subida de los precios en un mes desde enero de 2001, provocada por el encarecimiento del 4,6% de la energía respecto de mayo, con un salto en la gasolina del 8,1%. Los alimentos también pesaron, con una subida del 0,9%, la peor en un mes desde hace 14 años.

Según ha confirmado el Departamento de Trabajo, el IPC se anotó así seis décimas, frente al medio punto que auguraban los analistas, y elevó la tasa interanual al 3,1%, máximos desde junio de 2001. Dos décimas se incrementó, por su parte, la inflación subyacente, es decir, la que no tiene en cuenta los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles. La modesta alza de lo que se conoce como IPC estructural estuvo en línea con lo esperado por Wall Street y, desde mayo de 2003, acumula un descenso del 1,7%.

El escenario que se dibuja hoy podría dar lugar a una subida de tipos, desde el exigüo nivel en el que los ha mantenido la Reserva Federal (Fed), del 1%, aunque quizá no todo lo fuerte que se ha conjeturado. Para impulsar la locomotora económica mundial, que en 2001 sufrió una recesión y recibió el golpe del 11-S ese mismo año, la Fed ha mantenido una política generosa hasta dejar los tipos en este, su nivel más bajo desde 1958.

Ahora, los analistas dan casi por descontado que en su cita del 29 y 30 de junio, el banco central que dirige Alan Greenspan decidirá un alza de la tasa interbancaria diaria desde el 1 al 1,25%, a lo que seguiría una subida similar en agosto. Se trata de previsiones poco agresivas, "comedidas" en palabras de la Fed, de la que se temieron movimientos más duros para contener una espiral inflacionista.