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Elecciones Europeas

La abstención masiva se impone en 8 de los 10 países que entraron en la UE en mayo

Los partidos en el poder sufren un voto de castigo en los nuevos socios de la Unión

La indiferencia y la abstención marcaron las primeras elecciones europeas en las que participaron los 10 países que entraron en la UE con la ampliación del 1 de mayo: la participación media fue del 26%. En Polonia, sólo un 20,7% acudió a las urnas, el dato más bajo desde la caída del comunismo en 1989, mientras que en Eslovenia, la más euroentusiasta de los nuevos socios del este, la participación alcanzó el 26,72%. Sólo en los mediterráneos Malta y Chipre la abstención fue pequeña. Los partidos en el poder fueron castigados en muchos países en las elecciones al Parlamento Europeo.

La participación media en los diez fue del 26%, según datos de la Eurocámara
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"Las elecciones fueron europeas por dos motivos: la alta abstención y los resultados, que demuestran que los partidos en el poder vencen rara vez", aseguró el primer ministro húngaro Peter Medgyessy, al reconocer su contundente derrota frente a los conservadores. Su frase puede aplicarse a la mayoría de los diez países que entraron el 1 de mayo en la UE. En al menos ocho ganó la oposición, en muchos casos de marcado carácter euroescéptico, y también en ocho la participación fue mínima.

Un total de 29,8 millones de polacos habían sido convocados para elegir 54 diputados a la Cámara de Estrasburgo, pero sólo un 20,7% se acercaron a los colegios electorales. En los comicios legislativos de 2001, la participación fue del 46,2%. En Polonia, el más grande los diez Estados que se incorporaron en mayo, 20 de los 54 diputados en liza pertenecen a partidos violentamente anti-europeos, según los sondeos difundidos anoche, ya que los datos definitivos no se conocerán hasta mañana.

"Las elecciones no son un acontecimiento importante para Polonia", aseguró Lech Walesa, dirigente histórico de la transición a la democracia.El escepticismo del líder de Solidaridad parecía reflejar el sentimiento de la mayoría de los polacos, llamados a las urnas en medio de un largo fin de semana festivo, con una recalcitrante crisis política y un creciente euroescepticismo que quedó reflejado en una espectacular subida de las dos formaciones más euroescépticas: la ultracatólica y antieuropea Liga de las Familias Polacas logró un 16% y los populistas de Samoobrona (Autodefensa), que consiguieron un 13%. Los socialdemócratas en el poder lograron un 11% frente al 23% de los liberales de la oposición.

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En Hungría, con una participación del 38,47%, la anunciada derrota de la coalición de socialistas y liberales en el Gobierno tras una áspera campaña electoral se confirmó: la oposición conservadora de Fidesz, del ex primer ministro Viktor Orban, se impuso con el 47,41% de los votos y logró 12 de los 24 escaños en liza, mientras que los socialdemócratas del MSZP del primer ministro Peter Medgyessy alcanzaron un 34,31% (9 escaños). Sus socios liberales del Szdsz lograron dos escaños con el 7,72%. La derecha liberal del MDF se hizo con el otro sitio.

En la República Checa, que acudió a las urnas el viernes y el sábado, la abstención fue masiva: sólo un 29% de los checos acudieron a las urnas, a pesar de que la votación se prolongó durante dos jornadas. Los sondeos apostaban por un 40% de participación. La baja participación no fue la única mala noticia para el Gobierno checo, que recibió una contundente bofetada electoral: del Partido Socialdemócrata del primer ministro Vladímir Spidla quedó en quinto lugar, con un 8,75%, mientras que la derecha euroescéptica del presidente Václav Klaus, actualmente en la oposición, logró una contundente victoria con el 28,87%.

Los ciudadanos de Eslovaquia, donde apenas había datos disponibles al cierre de esta edición, se quedaron masivamente en casa: la abstención rondaba el 80% al cierre de los colegios. El presidente de un instituto de sondeos de Bratislava, Grigorij Meseznikov, resumió un estado de ánimo que puede aplicarse a muchos de los antiguos países comunistas que entraron en mayo en la UE: "En Eslovaquia es demasiado pronto para hablar de desilusión hacia la Unión Europea porque la gente tiene muy poca información para llegar a estar desilusionados".

En la antigua república yugoslava de Eslovenia, que con dos millones de habitantes es uno de los países más entusiastas de la UE de Los 25 y donde se esperaba una alta participación, los datos de participación fueron un jarro de agua fría: sólo un 26,72% de los eslovenos acudió a votar. Los partidos de la oposición de centroderecha lograron una victoria, que ningún sondeo previo fue capaz de detectar. Los conservadores del NSI (23,48%) y del Partido Democrático Esloveno (17,69%) lograron dos escaños cada uno, mientras que los partidos que forman el Gobierno de centro izquierda se llevaron otros dos. El séptimo fue conseguido por un partido de centro.

Aunque las elecciones europeas coincidieron con las presidenciales, en Lituania la participación tampoco fue elevada: un 43% de los 2,64 millones de lituanos convocados a las urnas, cuando en el referéndum sobre la adhesión a la UE superó el 60%. El ex presiente Valdas Adamkus, un centrista independiente de 77 años, se situó en primer lugar para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, con un 28,86% de los votos, por delante del ex negociador de la entrada del país en la UE, Petras Austrevicius, de 41 años, con un 21,7%.

En Estonia, según los datos definitivos, la participación fue del 27% de los 874.473 estonios con derecho al voto, de una población total de 1,4 millones. Cinco de los seis eurodiputados en juego fueron a parar a las filas de la oposición al Gobierno de coalición. El partido del primer ministro Juhan Parts no obtuvo ningún escaño en Estrasburgo.

El tercer país báltico, Letonia, celebró sus comicios el sábado y la participación fue del 40,71% de los 1,4 millones de ciudadanos con derecho al sufragio, entre una población de 2,4 millones de habitantes. Los partidos de la oposición de derechas lograron una contundente victoria: el partido del primer ministro Indulis Emsis Fermiers no pasó del 5%. Los nombres de los diputados sólo se conocerán cuando se termine el escrutinio.

La tendencia a la abstención en los nuevos países de la Unión sólo se rompió en los dos Estados del Mediterráneo que entraron también el 1 de mayo. En la pequeña isla de Malta, el opositor Partido Laborista logró la victoria con un 48% en las elecciones europeas celebradas el sábado, según los resultados parciales, que le sitúan por delante del Partido Nacionalista del primer ministro Lawrence Gonzi, al que se le adjudica un 41%. La participación fue espectacular: un 82%.

En Chipre, donde el voto es obligatorio, la participación alcanzó el 71,1%. Los partidos que se oponen al plan de reunificación de Naciones Unidas lograron cuatro de los seis escaños en disputa en la isla mediterránea. La formación Disy (derecha), partidaria del al plan de la ONU, logró un 28,23% de los votos (dos escaños); pero los partidos opositores consiguieron cuatro escaños: los comunistas de Akel se llevaron dos (27,89%), mientras que Diko (centroderecha) consiguió uno y Para Europa, una formación conservadora, consiguió arañar uno.

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