Cómo recuperarse

El fútbol es más duro de lo que parece. Cierto que los entrenamientos de los futbolistas (apenas 2 horas, en el mejor de los casos) se quedan en nada comparados con los de los nadadores. O con las inhumanas kilometradas que se meten ciclistas y maratonianos, por citar otro ejemplo. Pero todo tiene su explicación y conviene matizar.

En un partido de fútbol, algunos futbolistas de campo pueden llegar a recorrer unos 10 kilómetros. Nada excepcional, a simple vista. Además, mucha de esa distancia la recorren andando o trotando. Pero otra parte es a base de repetidos sprints, que al final del partido acaban con las reservas energéticas del músculo: sus depósitos de glucógeno. En cada partido, los músculos y tendones de las piernas sufren numerosos microtraumatismos o microlesiones, que se manifiestan como dolorosas agujetas, en el mejor de los casos, o como una lesión, en el peor. Por ejemplo, en cada arrancada en seco o en cada chut los músculos que se insertan en el pubis sufren importantes tracciones. Y no digamos cuando el futbolista ha sufrido golpes y patadas, algo muy frecuente.

Técnicamente hablando, serían necesarias hasta dos o tres semanas entre cada partido para que el tejido muscular se regenerase por completo a partir de sus células madre, las llamadas células satélite. Lo malo es que algunos futbolistas que participan en la Eurocopa han acumulado cerca de 60 partidos, a razón de dos por semana. Tal ritmo de competición dificulta mucho la recuperación muscular y hace inviable que los futbolistas se entrenen duro en temporada. Bastante tienen con intentar recuperarse entre miércoles y sábado. Además, los citados microtraumatismos retrasan el llenado de los depósitos de glucógeno en los días posteriores a un partido.

El fútbol es un deporte extraño pues exige la combinación de dos cualidades físicas difíciles de compatibilizar con el entrenamiento: la resistencia y la explosividad. Aunque los jugadores deben ser deportistas razonablemente resistentes, el partido se suele decidir en movimientos musculares explosivos (saltos, sprints cortos) que sólo se pueden realizar utilizando las células musculares (fibras) más rápidas que tiene el ser humano: las fibras IIX. Para que éstas expresen todo su potencial el jugador debe estar fresco y descansado. Algo muy difícil, a estas alturas de la temporada. Por algo los equipos de fútbol cada vez recurren más a los fisiólogos para ayudarles en su preparación. Como la Juventus, que contrató al escandinavo Bangsbo. Un científico de prestigio mundial.

Alejandro Lucía es profesor de la Universidad Europea de Madrid