El PP amplía su ventaja sobre el PSPV en una elecciones dominadas por la abstención

La Comunidad Valenciana volvió a confiar en el Partido Popular en otra convocatoria electoral que, en esta ocasión estuvo marcada por la abstención (49,1%), la mayor registrada en toda la reciente historia democrática. El partido que preside Francisco Camps logró ampliar su ventaja respecto del PSPV en relación a las elecciones generales del pasado 14-M en cerca de 3 puntos. Los socialistas mantuvieron un porcentaje similar al conseguido hace tres meses. Esquerra Unida y Bloc registraron un importante retroceso y UV es un partido que ya es historia.

Francisco Camps, en su primera reválida electoral desde que accediera a la presidencia de la Generalitat y a pocos meses de llegar a la presidencia del PP valenciano en medio de una grave crisis interna, ha alcanzado todos los objetivos que se había propuesto para estas elecciones europeas. En el frente exterior, su apuesta por convertir el Plan Hidrológico Nacional en el eje central de la campaña de estas europeas le ha dado un excelente resultado. Si en las pasadas elecciones generales la suma de los votos de los partidos que se oponían al trasvase fue mayor que la alcanzada por su partido, en éstas no ha habido ninguna duda. Bajo esa lectura, casi la mitad de los valencianos que ayer depositaron su voto (49,8%) apostaron por el trasvase del Ebro y por el PHN que defiende su partido.

En el frente interno, Camps también ha superado la prueba en que algunos zaplanistas quisieron convertir estos comicios. El presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, advirtió que los resultados de ayer tendrían una lectura autonómica. Difícil mejorar los resultados. El PP crece en la Comunidad Valenciana un poco más que en el resto de España y supera con mucho los de las pasadas generales que encabezaba Zaplana. El PP ha sabido movilizar a sus electores. Y Camps tiene las manos libres para obrar como desee en el Consell.

No se puede decir lo mismo de los socialistas. La brecha con el PP ha vuelto abrirse (de 4,3 el 14-M al 7,6 del 13-J). Pla no puede encontrar consuelo en una comparativa con el resultado global de su partido en España. El PSOE ha aumentado ligeramente su porcentaje de voto en el Estado, mientras que los valencianos han retrocedido algunas décimas respecto de hace tres meses. Las consecuencias de este atasco probablemente se verán en el próximo congreso del PSPV en julio, porque parece claro que, a diferencia del PP, no han sabido movilizar a su electorado.

Esquerra Unida es el que peor ha salido del recuento de votos. Ni tan siquiera podrán encontrar consuelo en una supuesta fuga de votos hacia el PSOE. Su resultado en unas hipotéticas elecciones autonómicas le dejaría fuera de las Cortes al no superar el umbral del 5%. Y no es la primera vez que ocurre, en las generales tampoco lograron alcanzar ese techo. Quede para la historia que el 13-J supuso la desaparición definitiva de Unión Valenciana y quede constancia de que los partidos nacionalistas, Bloc y ERPV, tendrán que analizar unos resultados que convierten al valencianismo en mera cuestión residual.