EE UU controla su crecimiento
El sostenido aumento del empleo presiona para un alza de los tipos
Alan Greenspan confirmó esta semana que la Reserva Federal emprenderá con rapidez una subida en las tasas de interés para combatir la inflación. La razón, además del petróleo, son los buenos datos trimestrales como la creación de empleos y el crecimiento del 4,4%. Con todo, el principal problema de EE UU sigue siendo su déficit público, que cerrará el año con un 4,2%.
El PIB creció un 4,4% en el primer trimestre, logrando un aumento interanual del 5%, el más elevado desde 1984 para este periodo
A pesar de que en los últimos tres meses se han añadido casi un millón de puestos de trabajo, el desempleo se sigue manteniendo en un 5,6%
Greenspan fue claro: "La Reserva Federal (FED) está dispuesta a hacer lo que sea necesario para cumplir sus obligaciones y lograr el mantenimiento de la estabilidad de los precios a fin de asegurar el máximo crecimiento económico sostenible". Para los analistas, ésta es una confirmación de que el alza de los tipos de interés ya no será tan gradual como se señalaba, y que se apura una escalada algo más agresiva.
El primer paso, según los especialistas de Wall Street, se dará al cerrar junio cuando se reúna la FED y eleven las tasas entre un cuarto y medio punto, hasta un 1,5%. En estos momentos la tasa americana se encuentra en un 1%, la más baja en 46 años.
El empleo aumenta
Además de la escalada del crudo, que en las dos últimas semanas se ha mantenido rondando los 37 dólares el barril, son dos los elementos internos que están presionando la inflación -actualmente en un 2%- y que han llevado a la FED a reconsiderar sus decisiones: la dinámica creación de empleos y un PIB que se expande rápidamente.
El Departamento de Trabajo confirmó que en mayo se crearon 248.000 empleos. Con ello, en el último trimestre se añadieron casi un millón de nuevas plazas, la cifra más alta en cuatro años para el periodo. El problema de una dinámica creación de empleos radica en que más trabajadores en plantilla pondrían más dinero en circulación y estimularían el consumo, presionando una inminente alza de precios. Otros analistas coinciden en que este factor está lejos de convertirse en un riesgo, principalmente porque la tasa de desempleo se mantiene en un 5,6%.El crecimiento acelerado es el segundo de los elementos que podría presionar la inflación por el aumento de la confianza y la mayor inyección de dinero.
El último dato entregado por el Departamento de Comercio, señala que en el primer trimestre de este año la economía de EE UU se expandió un 4,4%, situando un crecimiento interanual del 5% en marzo, el más elevado desde 1984 para este periodo. Los pronósticos de crecimiento para este año han sido corregidos al alza y se sitúan en un 4,7%.
Este dinamismo podría verse ralentizado hacia la mitad del año, principalmente por la fuerte caída del 1,7% de los pedidos industriales en abril, un barómetro anticipatorio del comportamiento de la industria en los próximos meses. Además, el sector servicios vivió una desaceleración, ya que se expandió en mayo con menor fuerza que en abril.
Deuda sin solución
El gran dolor de cabeza de la política económica de Bush es el desbocado déficit público. Los últimos datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso dicen que el déficit alcanzará en 2004 la histórica cifra de 447.000 millones de dólares, equivalente al 4,2% del PIB, muy por encima del 3,5% registrado en 2003.
Lo peor de esta situación es que la deuda pública -una de las más grandes de todo el mundo- se sigue abultando. La propia Oficina de Presupuestos la cifró en 2003 en 3,91 billones de dólares, equivalentes al 36,1% del PIB. En 2001, esta cifra significaba sólo el 33%, y según los pronósticos llegará al 40% en 2007, un monto insostenible en el mediano plazo, incluso para la "locomotora del mundo", según reconocen la gran mayoría de los analistas financieros.
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