_
_
_
_
60º ANIVERSARIO DEL DÍA D

Europa y EE UU entierran el cisma de Irak

Chirac reclama en las tumbas de Normandía un orden internacional garantizado por la ONU

La diplomacia de las tumbas ha funcionado. El presidente francés, Jacques Chirac, y el norteamericano, George W. Bush, enterraron ayer el cisma desatado por la guerra de Irak, que les separó el año pasado, en las ceremonias celebradas por el 60º aniversario del desembarco de Normandía. Los dos coincidieron en reafirmar la vigencia del vínculo de la Alianza Atlántica, un "elemento fundamental de nuestra seguridad colectiva", según Chirac, que "sigue siendo necesario", en palabras de Bush. El presidente francés sólo representaba formalmente a su país, pero la reunión de 21 jefes de Estado y de Gobierno en torno a su persona tuvo el aire de una verdadera cumbre política informal. De los actos surge un nuevo espíritu de consenso.

Más información
La emoción de los veteranos
Homenaje a las víctimas civiles de las bombas de la aviación aliada
Schröder: "Los alemanes asumimos nuestra responsabilidad ante la historia"

Es como si todos aceptaran ahora que la Administración de Bush no se basta para arreglar la crisis de Irak y el gigantesco problema de Oriente Próximo. Un líder como Chirac consigue hacerse respetar en la comunidad internacional, al precio de sostener -siquiera sea porque no hay más remedio- a un presidente norteamericano, Bush, y a un primer ministro británico, Blair, en graves dificultades internas a causa de la impopularidad de su guerra iraquí. Anoche mismo se reanudaron en Nueva York las negociaciones para una nueva resolución de la ONU sobre Irak, 24 horas después del encuentro entre Bush y Chirac en París.

Jacques Chirac reafirmó el domingo el papel de la ONU para promover los valores de los héroes del desembarco de Normandía, reiterando, implícitamente, su rechazo al unilateralismo de EE UU. En el cementerio norteamericano, con Bush a su lado, dijo que "nuestros dos países han defendido lado a lado, en la fraternidad de la sangre vertida, una cierta idea del hombre, una cierta idea del mundo. Esta idea está en el corazón de la Carta de la ONU".

Horas después, ante todos los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Arromanches, fue más explícito a la hora de vincular los sacrificios de los soldados del desembarco con los esfuerzos por un nuevo orden internacional del presente. "Nada podría impedir que se edifique un nuevo orden internacional, un orden fundado en el respeto de los hombres y del derecho, en la libertad, la justicia y la democracia; un orden del que la Carta de de la ONU todavía continúa siendo el símbolo y el garante".

Entre las cruces blancas de las 9.368 personas enterradas en el cementerio norteamericano de Normandía, el presidente francés aseguró a Bush la amistad eterna entre Francia y EE UU. Sobre la playa de Omaha, donde hace 60 años murieron 2.500 soldados norteamericanos durante la primera jornada del Día D, el dirigente estadounidense garantizó que su país volvería a hacer "lo mismo", si fuera necesario otro sacrificio de vidas como el del 6 de junio de 1944.

"Francia no olvidará jamás lo que debe a EE UU", prometió Chirac en el cementerio estadounidense. Horas más tarde reiteró la deuda de Francia con Norteamérica, a la que calificó de "amiga de siempre" y extendió ese reconocimiento "a todos sus aliados, gracias a los cuales Europa, al fin reunificada, vive en la paz, la libertad y la democracia". Este segundo discurso de Chirac se produjo en Arromanches, escenario ayer de la más importante de las ceremonias conmemorativas frente a los restos del puente artificial montado por los británicos en 1944 para acelerar el desembarco de tropas y material. Chirac acentuó el carácter político de su discurso. Aludió retóricamente a "una cierta idea del hombre y una cierta idea del mundo", para asegurar que ambas están en el corazón de la ONU, que es lo que le importaba resaltar. Bush no insistió en la comparación entre Irak y Normandía, profusamente utilizada en su país durante los días precedentes, ni tampoco aludió a Irak en público.

En un discurso lleno de anécdotas sobre algunos de los soldados de 1944, Bush prefirió detenerse en casos concretos de los soldados que vinieron a Normandía y recordó datos como la pérdida del 91% de los efectivos de una de las unidades desembarcadas en la playa de Omaha hace 60 años. Su única referencia a una ideología enemiga fue al fascismo. Lo hizo elogiando a los jóvenes que se habían enfrentado con ella y a los supervivientes de la carnicería, presentes en el acto: "Ustedes lo hicieron", les dijo señalándoles con el dedo. Y los ancianos no pudieron resistir más la emoción y se pusieron en pie para aplaudir al presidente de EE UU: evidentemente, Bush representa algo para ellos.

El 60º aniversario del desembarco ha permitido a Chirac una operación diplomática más importante que la de Mitterrand hace 10 años. Además de atraer a la conmemoración al presidente ruso, Vladímir Putin, o al canciller federal alemán, Gerhard Schröder, que nunca habían participado en las conmemoraciones anteriores, el acto de ayer contó con los presidentes de Grecia, Polonia, Eslovaquia y Chequia; y demostrando que, pese a todo, Francia conserva a todos sus aliados tradicionales de las guerras mundiales.

En todo este marco se echaba de menos a España. Los que tomaron parte en la contienda por la liberación de Francia no merecieron mención alguna.

El presidente Chirac aplaude a George Bush durante su discurso en el cementerio norteamericano de Normadía.
El presidente Chirac aplaude a George Bush durante su discurso en el cementerio norteamericano de Normadía.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_