Tributo a la Minipimer

No es la primera vez que alguna de sus realizaciones se muestra al público, pero sí la primera vez que cuarenta de los aparatos que diseñó durante su vida profesional son motivo de una exposición monográfica. Las piezas diseñadas por Gabriel Lluelles (Barcelona, 1923) para firmas como Pimer, Braun y Taurus han desfilado por la mayoría de hogares del mundo haciendo la vida más fácil a sus usuarios, incluso alguna de ellas, como la batidora Minipimer, se ha convertido en un icono del diseño industrial.

Sin embargo, Lluelles, más allá de los ámbitos especializados, es prácticamente un desconocido. "Yo me he dedicado sólo a trabajar", justifica quien se define como un diseñador no clásico, entre la ingeniería y el diseño industrial. Su aventura profesional empezó a los 13 como aprendiz de cerrajero, alternándola por las noches con los estudios de dibujo en la Escuela de Trabajo de la Diputación de Barcelona, hasta que en 1947 se incorporó como delineante a la empresa Pimer, dedicada a la creación y producción de motores para pequeños electrodomésticos. En esta firma Lluelles ideó y proyectó ventiladores, molinillos eléctricos, batidoras y aspiradoras que no sólo estaban cambiando los modos de vida de la sociedad, sino que sentaban las bases del diseño industrial en España. Ello le permitió viajar a menudo a Alemania, donde la impronta de la Bauhaus había encauzado un sólido camino para el diseño industrial, lo que potenció su imaginación y le permitió profundizar en el estudio en la escuela Hoschschule für Gestalting de Ulm.

A Lluelles no sólo le interesaba la parte exterior sino la parte constructiva, y, sobre todo, que los aparatos tuviesen una funcionalidad. "Para mí el mejor diseño del aparato es el que da satisfacción plena al usuario", sintetiza, y añade: "que sea seguro, manejable, fácil de limpiar y de reparar". Los especialistas en diseño coinciden en señalar que sus diseños, pese al tiempo transcurrido desde su producción, se mantienen muy modernos. Lluelles lo acredita en que siempre ha perseguido la "sencillez constructiva", que es el principio de la modernidad.

El historiador del arte, diseño y arquitectura Daniel Giralt-Miracle conceptúa la aportación de Lluelles a Taurus, donde se incorporó en el último tramo de su vida laboral para rediseñar los productos de esta empresa, como "determinante". Él, sin embargo, le quita trascendencia. Los aparatos de Taurus se vendían mucho pero no estaban bien acabados, y los readaptó. A esta época pertenecen los exprimidores, los secadores, las licuadoras y la no menos célebre batidora Bapitaurus, que es la superación de la Minipimer. Entre todos los trabajos realizados, Lluelles le tiene más cariño a la Minipimer. "Es un aparato que a pesar de que tiene más de cuarenta años es actual", razona, y lo contrapone a otros que se han hecho muy viejos, como los molinillos, a los que el envasado al vacío del café ha dejado obsoletos.

Lluelles es consciente del impacto social del Minipimer. "Es uno de los pocos aparatos bien conseguidos. No siendo inmortal, mientras no cambien los hábitos, se conserva muy bien", diagnostica. De este modelo, realizado en 1959, se hicieron 14 millones de unidades. Este objeto ha sido uno de los más copiados por la industria de los pequeños electrodomésticos, aunque a él no le importa si ha sido para mejorarlo. "Todos hemos copiado", relativiza.

Lluelles destaca el trabajo realizado en la muestra por el comisario de la exposición, Andrés Alfaro Hofmann, cuya colección de electrodomésticos califica como "la mejor colección de diseño industrial de España y una de las más importantes de Europa". La exposición, inaugurada ayer en la Sala de Exposiciones Temporales de la Colección Alfaro Hofmann en Godella (c/ Fusters s/n, Polígono Obradors), permanecerá abierta, excepto sábados y domingos, hasta el 9 de julio.