Bares y discotecas tendrán que apagar la música media hora antes de cerrar

El artículo 22.8 de la nueva Ordenanza contra el Ruido, aprobada por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento el pasado lunes, obliga a discotecas y pubs (bares con música) a apagar los aparatos de sonido "30 minutos antes de su horario autorizado de cierre" -las 3.00 de la madrugada entre semana y las 3.30 viernes, sábados y vísperas de festivos-. La Asociación Empresarial de Hostelería La Viña, que dice contar con más de 3.000 afiliados entre bares, pubs, discotecas, restaurantes y empresas de catering de la Comunidad de Madrid, va a recurrir esa obligación ante un tribunal contencioso-administrativo porque "invade competencias de la Comunidad".

"Cuando la música se apaga, la gente se va. Es como adelantar media hora el cierre", protesta Juan José Blardony, gerente de la asociación. "Pero es que, además, ese artículo supone una extralimitación en las competencias del Ayuntamiento: contradice una normativa superior, la Orden 1562/1998 de 23 de octubre de la Comunidad, que deja libertad a los locales para apagar la música cuando quieran, siempre que respeten el horario de cierre", subraya el gerente.

Responsables de la Concejalía de Medio Ambiente replican que, aunque es el Gobierno regional quien decide el horario de cierre de los locales, "el Ayuntamiento tiene la competencia de otorgar las licencias, y las otorga en función de una serie de condiciones, entre otras las referidas a la contaminación acústica". "Si conseguimos que se apague la música media hora antes del cierre, los clientes irán abandonando el local de forma escalonada, no todos a la vez y en el último momento, como ocurre ahora. Eso reducirá el ruido y las molestias a los vecinos", explican.

La Viña critica también la obligación que se impone a todos los locales "que superen los 85 decibelios de ruido" de tener un vestíbulo acústico para aislar el interior, y piden que esa restricción se limite a pubs y discotecas, no a bares, restaurantes u otros locales. Por último, la asociación considera "exageradas" las multas previstas en la ordenanza, de hasta 300.000 euros por infracciones muy graves -como, por ejemplo, no tener vestíbulo acústico- y pide que sean "graduales" para no "arruinar" a las pequeñas empresas.