Cebrián: "El periódico se enfrenta a un cambio histórico de civilización"
Editores y directores debaten en Estambul sobre el futuro de la prensa
Juan Luis Cebrián afirmó ayer ante centenares de directores y representantes de la prensa de todo el mundo que "los periódicos son, desde muchos puntos de vista, cosa del pasado", una consecuencia de la revolución industrial, que se enfrenta "a la aparición de una sociedad digital, que es un cambio histórico de civilización". El consejero delegado de EL PAÍS abría con esta demoledora perspectiva el congreso anual de la WAN-WEF (Asociación Mundial de Periódicos), que hasta mañana, miércoles, se desarrollará en Estambul. Cebrián fue muy crítico con la respuesta que dan muchos editores y periodistas a esta crisis.
Los hechos, según el fundador de EL PAÍS, se alinean pavorosamente. A principios del siglo pasado había en Estados Unidos 16.000 diarios; hoy, apenas 2.000; en la UE la venta de diarios se ha reducido entre medio millón y un millón de ejemplares anualmente durante los últimos 10 años, y la prensa ha de competir en un piélago de noticieros de radio, televisión, la Red, teléfonos móviles y diarios gratuitos.
¿Qué hace ante todo ello? Aumenta el número de páginas cuando, paradójicamente, el usuario limita apenas a 30 o 40 minutos el tiempo que dedica a la lectura de diarios; la abultada paginación, subraya el autor, encarece el precio, y, sobre todo, reacciona sólo a la defensiva, tratando de limitar la venta de los gratuitos, así como su acceso a la publicidad, o se dedica industrialmente a la promoción de productos alternativos, que pueden llegar a ser más atractivos para el usuario que el propio periódico.
En cambio, para combatir lo que es una crisis no coyuntural, sino estructural, el periodista, dijo Cebrián, habría de recuperar el sentido de la ofensiva a favor de las nuevas tecnologías reinventando su papel de mediador de la información para el gran público.
Esta reinvención llevaba a Cebrián a hacerse la pregunta de fondo. "¿Son necesarios los periódicos?". Convenientes, sin duda, pero, ¿basta con eso? Su respuesta no estaba del todo claro si era caritativa o sinceramente optimista: "Si el diario logra mantener su capacidad de reflexión y diálogo, seguirá siendo imprescindible, tanto si se produce como papel o a través de impulsos digitales en una pantalla de cristal líquido". El periodismo sobrevivirá, pero nadie sabe cómo.
Estamos, por tanto, ante un cambio de civilización, "el de una sociedad digital en la que no cesa de crecer una web en la que ya operan 500 millones de internautas y donde la proliferación de informaciones se hace con una garantía de fiabilidad nula".
Ante este complicado viaje, Juan Luis Cebrián recordaba cómo Beuve-Méry decía siempre que "los hechos son sagrados, y las opiniones, libres". Pero la actitud de muchos periodistas "ha logrado invertir los términos del eslogan. Hoy, para muchos directores y columnistas de diarios, son sus opiniones las que resultan sagradas, mientras los hechos se acomodan libremente para justificar aquéllas". Y finalizaba así su intervención: "Si el periodista quiere triunfar y ser útil a la construcción de la democracia, ha de esforzarse en mantener las viejas raíces de la profesión y recuperar la máxima del fundador de Le Monde; un buen consejo para cuantos quieran ejercer con honestidad el trabajo de periodista".
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