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Reportaje:LA LECTURA EN LAS AULAS

Engancharse a la lectura

Los especialistas insisten en la necesidad de impulsar medidas de fomento para acercar los libros a los alumnos

Los niños y, sobre todo, los jóvenes españoles leen poco y leen mal. Quizá porque no se les estimula adecuadamente, por falta de medios o de orientación. La lectura ha estado durante muchos años en el limbo del sistema educativo y, sin embargo, es la destreza más importante para el aprendizaje y el rendimiento escolar.

La calificación es claramente de suspenso. Los alumnos españoles están por debajo de la media de los países más desarrolados del mundo en cuanto a destreza lectora.Es más: un 16% llega a los 15 años con dificultades para leer correctamente.

El último informe internacional Pisa, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), señala que sólo un 5% de los estudiantes españoles alcanza la categoría máxima de comprender textos, evaluar informaciones, construir hipótesis y aprovechar el conocimiento. En la OCDE, este nivel máximo lo alcanza el 10%.

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Entre los adultos, casi la mitad de los españoles, el 46%, lee menos de un libro al trimestre.

Hasta ahora las medidas políticas para fomentar la lectura no parecen haber contribuido a mejorar la situación. El Gobierno socialista proyecta ahora incluir una hora de lectura diaria en los centros escolares.

Hay dos grandes objetivos que se deben conseguir en cuanto a competencia lectora, según el catedrático de Psicología de la Educación en la Universidad de Salamanca, Emilio Sánchez Miguel: "Que los alumnos sean capaces de leer sirviéndose únicamente de los ojos (es decir, que reconozcan las palabras con facilidad) y que puedan comentar un texto que no es suyo".

Porque lo importante es que comprendan lo que leen. Es la mejor manera de que disfruten. Lo asegura el profesor en Psicología y experto en motivación y comprensión lectora de la Universidad Autónoma de Madrid Jesús Alonso Tapia. "Muchos chicos con malos mecanismos lectores hacen que el proceso de comprensión resulte penoso. Y así disminuye la motivación".

Es un círculo vicioso. Cuanto más refuerzan la codificación y los procesos de comprensión lectora en todos los niveles (vocabulario, idea principal del texto, visualización de las escena, entrenamiento de la emoción...) más disfutarán y más leerán.

"En el sistema educativo actual se atiende en la lecto-escritura pero después no hay una reflexión clara y potente sobre el tratamiento que debe tener la lectura a lo largo del sistema educativo", señaló la pasada semana el presidente del Grupo Santillana, Emiliano Martínez, en la presentación de la jornada La competencia lectora, clave del aprendizaje.

"Y, sin embargo, hay muchos que aseguran que la labor de la escuela se justifica en la creación de buenos, eficaces y frecuentes lectores", señala Antonio Basanta, director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, dedicada a fomentar la lectura.

Pero los alumnos no tienen claro qué es eso de leer bien. "Cuando se les pregunta qué es lo importante cuando están leyendo, muchos niños de hasta 12 años responden que 'de prisa' y 'sin equivocarse', cuando la respuesta correcta sería 'comprender lo leído".

Más que en primaria, los problemas de la lectura aparecen en secundaria. A medida que los niños van cumpliendo años empiezan a perder el interés por los libros. "En ESO es cuando tienen que leer textos más expositivos: dejan de leer para comprender y sí para memorizar. Asocian libro con algo aburrido y prefieren divertirse con la videoconsola o chatear en la Red", señala Alonso Tapia.

Brecha a los 12 años

Las cifras acompañan esta afirmación: sólo un 8% de chicos entre 12 y 16 años afirma que le gusta leer frente al 55% de chavales entre 6 y 12 años, según una encuesta de hace unos años de la Fundación Bertelsman. Se abre una brecha entre los 12 y 15 años. Y, aunque muchos recuperen el hábito a los 16, uno de los principales retos es evitar que los niños se alejen de la lectura cuando llegan a la adolescencia.

"Leer es una oferta, una invitación, un ejercicio de seducción. No se puede casar con el imperativo. Una cosa es que se les oriente qué deben leer y otra que se les obligue", explica Basanta.

Muchos especialistas recomiendan que a estas edades, más que imponer unos libros obligatorios, se ofrezca un abanico amplio de títulos donde el alumno pueda elegir. "Aunque al final vayan a leer 15 libros, la posibilidad de elegir es más positiva", asegura Alonso Tapia.

Y añade que para atrapar a un joven lector no hay nada mejor que recomendarle un libro que le resulte "cercano" en temas y personajes. "Les dice mucho más un libro como El guardián entre el centeno que El cantar del Mio

Cid".

También explica que deberían modificarse las actividades en clase respecto a la lectura. "En vez de que el profesor mande a sus alumnos hacer un resumen del libro, sería más interesante que se hicieran debates en el aula sobre lo que se ha leído", prosigue.

Otras medidas para fomentar la lectura pasan, según los expertos, por aumentar el número de bibliotecas escolares. "Es el espacio sobre el que cualquier proyecto lector en la escuela se debe sustentar", dice Basanta. También se debe considerar la lectura como competencia de todos los profesores, independientemente de la materia que impartan; apoyarla desde sus múltiples manifestaciones (libros, Internet, periódicos, mundo audiovisual...), y complementarla con la presencia de la lectura en el conjunto de la sociedad.

Muchos niños no leen porque sus padres tampoco lo hacen. "Un niño que se críe con ausencia de libros en su casa es difícil que se habitúe a leer", explica Antonio Basanta. Y Alonso Tapia recomienda que los padres lean los mismos libros que estén leyendo sus hijos. "Es la mejor manera de motivarles: comentar con ellos episodios, personajes... Que se den cuenta de que los libros son estimulantes".

Se trata de que la lectura se convierta en una cuestión nuclear en el sistema educativo. "Nos estamos jugando el futuro. En la sociedad de la información la ausencia de la lectura gerena un analfabetismo más grave que el analfabetismo tradicional", dice Basanta. "Es necesario que los niños lean. Porque cuando la lectura nace en las primeras edades lo más lógico es que se mantenga a lo largo de toda la vida".

El Rey, con un grupo de alumnos en la inauguración de la 63ª Feria del Libro de Madrid, la pasada semana.
El Rey, con un grupo de alumnos en la inauguración de la 63ª Feria del Libro de Madrid, la pasada semana.LUIS MAGÁN

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