Zapatero culpa a Castro de su aislamiento y pide democracia a Chávez

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, concluyó en la madrugada de ayer, hora peninsular española, la III Cumbre Unión Europea-América Latina-Caribe, adoptando claras distancias frente a dos de las situaciones políticas más tensas de la zona: el aislamiento de Cuba y el pulso de Hugo Chávez con la oposición venezolana. Zapatero dijo que el régimen de Fidel Castro debe reflexionar sobre su "opinión minoritaria" y pidió a Chávez que respete la democracia.

También se refirió Zapatero, en su rueda de prensa de despedida de la cumbre, a las peticiones que ha recibido de Chile y Brasil para que España aporte tropas al contingente multinacional que, a partir del 1 de junio, se hará cargo de la seguridad en Haití. El presidente confirmó su buena disposición al envío, pero también que la decisión no ha sido aún tomada.

"La petición que nos han hecho va a ser atendida con la máxima sensibilidad. Tenemos que estudiarla, lógicamente, y en el momento en que tomemos la decisión, se comunicará. Hay que hablar con Brasil y hay que hablar con Chile, como es lógico, pero tenemos una actitud inicialmente favorable. Hay que ver si las condiciones operativas, logísticas, técnicas, del esfuerzo cuadran con la aportación que puede hacer nuestro país", dijo.

En Madrid, el ministro de Defensa, José Bono, marcó ayer un compás de espera aún más acusado con respecto a esta decisión, que plantea algunos problemas al Gobierno y que, probablemente, no se resolverá a gusto de chilenos y brasileños, mediante el envío de un pequeño contingente de guardias civiles, como se ha sugerido por parte española.

El envío de tropas españolas, declaró Bono a la cadena SER, "no está en el horizonte de las decisiones inmediatas". El titular de Defensa recordó que "antes de enviar tropas, el presidente se comprometió a escuchar el criterio del Parlamento".

Pero más allá de este asunto de interés español, la clausura de la cumbre estuvo marcada por la intervención del ministro de Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque, quien pidió un turno de palabra no previsto en el programa para exponer que Cuba se abstenía de apoyar un documento de conclusiones que calificó de ambiguo y cobarde.

La delegación cubana en este encuentro, denostado por Castro con fuertes ataques a la política europea, debido a que lo que él considera falta de apoyo cuando Washington endurece las sanciones contra Cuba, trató sin éxito de que en el párrafo dedicado a condenar las torturas en Irak se mencionara a EE UU como responsable y prefirió que se suprimiera otro párrafo de condena de las sanciones económicas unilaterales, ya aprobado en Madrid hace dos años, porque no hacía referencia expresa a la ley Helms-Burton, que Washington aplica a los que inviertan en Cuba. Ningún país latinoamericano apoyó estas reservas.

Críticas de Cuba a la UE

"Lamento esta actitud de las autoridades cubanas, porque no creo que redunde en su interés enfrentarse a Europa. La Unión Europea no quiere, en cualquier caso, enfrentarse a Cuba", manifestó el presidente de la Comisión, Romano Prodi, tras recordar que la condena europea de la Helms-Burton y de las torturas en Irak es bien conocida y está fuera de dudas.

En una rueda de prensa que dejó maltrecha la transparencia informativa que debe tener toda reunión democrática, dado que fue limitada a cinco preguntas -una por orador- previamente seleccionadas, el presidente mexicano, Vicente Fox, destacó que el incidente reflejaba "el derecho a disentir, pero no la opinión de los demás" ni el método de trabajo de unas reuniones en las que lo importante es el diálogo para llegar a un acuerdo. También subrayó que había dado la palabra a Pérez Roque, aunque "no estaba previsto".

Zapatero, en su propio contacto con la prensa, trató de no comprometerse con el incidente. "Simplemente, lo que ha ocurrido es que el representante cubano ha tenido el derecho a expresar su opinión, y lo ha ejercido. Todos hemos constatado que es una opinión minoritaria, y ello debe servir como elemento de reflexión para su país", dijo.

En relación con el presidente venezolano, Hugo Chávez, Zapatero negó que éste le hubiera dado plantón, a pesar de que no se presentó a la cita bilateral convenida, y lo justificó porque había hablado mucho con él en la mesa de trabajo y durante la comida.

"Le he transmitido la preocupación de que todo el proceso regulatorio en relación con el referéndum

[que la oposición promueve para sacar a Chávez del poder] y todo lo que es y debe ser el funcionamiento democrático en Venezuela es absolutamente imprescindible, y que tiene que demostrar que hay las máximas garantías de que ese proceso se va a producir con transparencia y con respeto a la democracia", comentó el presidente del Gobierno español.