El gran encuentro de las letras se vuelca en la diversidad y la riqueza de Europa
El Rey, que inauguró la feria con la infanta Elena, se interesó por libros del 11-S y el 11-M
La apuesta es la Europa "de las regiones y de los pueblos, de la identidad y de la diversidad cultural", afirmó ayer la ministra de Cultura, Carmen Calvo, en la inauguración de la Feria del Libro de Madrid. "En la reunión de ayer [por el jueves] en Bruselas decidimos impulsar la publicación de traducciones de cada uno de los países miembros. También hablamos de una campaña de fomento de la lectura en toda Europa".
"El idioma de Europa es la traducción", añadió el director de la feria, Antonio Albarrán. "Se ha inaugurado pocas horas después del inicio de la campaña de las europeas y se acabará el día de las elecciones. La iniciativa surgió durante la feria de 2003 en un encuentro con estudiantes y profesores".
El rey Juan Carlos, la infanta Elena, la ministra de Cultura; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Galardón; el director general del Libro, Rogelio Blanco; el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Alberto Navarro, entre otras autoridades, concluyeron su recorrido, de casi dos horas, en el pabellón del Parlamento Europeo. Les esperaban embajadores y representantes de los 10 países que acaban de ingresar en la UE.
Se llevaron de regalo un abanico estampado con las banderas de los 25 países de la Unión Europea, el microlibro Mis derechos fundamentales en la
UE, y otro titulado Europa en cuentos y algún
poema, editado por la feria, que reúne textos de los 25 países.
El pabellón insignia se llama Europa se Construye con Libros, copatrocinado y organizado por Círculo de Lectores; la carpa infantil ha sido bautizada con el nombre de Europa Cuenta. La Constitución Europea fue uno de los primeros libros que regalaron al Rey, en la caseta de Mundi-Prensa.
Éste es el espíritu que impera en esta 63ª edición de la Feria del Libro, que ayer se abrió con ánimo festivo. "El Rey estuvo encantado y muy relajado. 'Pero cuántos libros hay', repetía. 'Si no tengo tiempo de leerlos', se lamentaba", contó Albarrán tras el largo paseo. "Le regalaron todo tipo de libros, y a la Infanta, sobre todo infantiles".
Aunque el Rey pidió repetidamente que le enviaran la factura, la mayoría de editores le regalaron los libros. Se plantó, no obstante, con uno que vio en la caseta de la librería Rafael Alberti y que le interesó mucho: la antología Madrid, once de marzo. Poemas para el recuerdo (Pre-Textos), en el que colaboran, entre otros autores, Luis García Montero y Luis Antonio de Villena. El dinero que se recaude será destinado por editorial y escritores a la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Ése no podía aceptarlo de regalo.
Si el 11-M centró la atención del Rey, lo mismo le sucedió con el 11-S. En la caseta de Santillana le mostraron Contra todos los enemigos (Taurus), de Richard A. Clarke. "A este autor le conozco", afirmó. Emiliano Martínez, el presidente de Santillana, le contó que el primer capítulo del libro relata "de forma cinematográfica lo que sucedió en el Despacho Oval de la Casa Blanca la mañana del 11 de septiembre de 2001", después del atentado a las Torres Gemelas. "Lo leeré este fin de semana", aseguró don Juan Carlos.
El Rey también compró un ejemplar de Cuando el tiempo nos alcanza: memorias 1940-1982 (Espasa Calpe), de Alfonso Guerra. Luego le regalaron otro ejemplar. En la caseta de Renacimiento, que en 2003 recibió el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial, se quedó encandilado con los libros de la colección Novela Pasional. "Esto lo leerán los jóvenes, ¿no?". "Pues interesa más a los mayores", le contestaron. Al final, se llevó los
Diarios, de Samuel Peppys.
Planeta regaló al Rey La sombra del
viento, de Carlos Ruiz Zafón; Hombres de
lluvia, de Maruja Torres, y ¿Arde Nueva
York?, de Dominique Lapierre y Larry Collins.
De Alfaguara se llevó Ensayo sobre la
lucidez, de José Saramago, y Delirio, de Laura Restrepo. Para sus nietos, Por si no te lo he
dicho, de María Fernanda Heredia. La Infanta optó por el último Manolito Gafotas, Manolito tiene un
secreto, de Elvira Lindo.
No podían faltar libros sobre Dalí. El Rey se decidió por Dalí joven, Dalí genial (Aguilar), de Ian Gibson. En la caseta de Serres, su directora, Poppy Grijalbo, le regaló un libro sobre Dalí explicado para niños. Ofelia Grande, de Siruela, obsequió al Rey con El camino de Dalí, de Ignacio Gómez de Liaño. El autor había dejado un ejemplar dedicado por si el Rey se detenía en la caseta de la editorial.
Babelia
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