Los demócratas acusan a Bush de utilizar la amenaza terrorista con fines electorales
El candidato John Kerry lanza una ofensiva para definir su estrategia de seguridad nacional
Para John Kerry, candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el anuncio que hizo el Gobierno el miércoles sobre la posibilidad de que este verano haya un atentado cometido por el grupo terrorista Al Qaeda significa dos cosas: que el presidente no está haciendo lo suficiente para proteger el país y que la Casa Blanca juega con la seguridad nacional "para que Bush se saque la foto" en la campaña electoral. Kerry lanzó ayer una estrategia de seguridad nacional "en la que está en juego una visión de América auténticamente fuerte y respetada en el mundo", no como "una causa partidista", porque "el patriotismo no pertenece a ningún partido ni a ningún presidente", aseguró.
Desde Seattle, y en el primero de los tres discursos con los que intentará definir su imagen de líder capaz de garantizar la seguridad de su país y del mundo y de luchar contra el terrorismo, Kerry afirmó que EE UU debe ser "fuerte sin caer en la terquedad" y acusó a Bush de haber comprometido el liderazgo norteamericano por la forma en la que fue a la guerra y dirigió la posguerra de Irak. Su principal objetivo, si llega a la Casa Blanca, será impedir que los terroristas tengan acceso a las armas de destrucción masiva. Para contrarrestar esta amenaza global es necesaria la cooperación internacional: "No hay fuerza en la tierra con mayor capacidad que EE UU y sus aliados. Debemos y podemos construir esa fuerza".
Bajo el lema "Seguridad y fuerza", Kerry destacó cuatro ejes de su estrategia de seguridad, "cuatro imperativos que son la respuesta a una realidad inescapable: la guerra ha cambiado, el enemigo es diferente y debemos pensar y actuar de forma diferente":
- Renovar las alianzas internacionales.
- Ajustar el poder militar a la amenaza terrorista.
- Mantener la seguridad con un mejor uso de la diplomacia, el espionaje, la economía y los valores e ideas de EE UU.
- Liberarse de la dependencia del petróleo de Oriente Próximo.
Kerry cargó contra Bush y su equipo por la crisis de Irak: "Recurrieron a la fuerza sin agotar la diplomacia", "acogotaron, en lugar de persuadir" y "estropearon un legado de liderazgo americano de generaciones. Eso es lo que tenemos que restaurar". Insatisfecho con las propuestas -ninguna nueva- que el presidente expuso el lunes, Kerry insistió: "Si no cambia el rumbo y no garantiza nuevos apoyos de aliados, sufriremos una vez más las consecuencias de una política exterior que ha dividido al mundo en lugar de unirlo" "Nuestras tropas estarán más expuestas al peligro, la misión en Irak será más difícil de cumplir y nuestro país será menos seguro".
Horas antes, Kerry había criticado la última alerta antiterrorista. "Todos los norteamericanos saben que un Gobierno no puede garantizar la seguridad de cada uno de los objetivos potenciales", pero esta Administración, según el aspirante demócrata, no hace esfuerzos serios en aspectos tan importantes como la inspección de contenedores navales, ferrocarriles y sistemas de transporte y centros químicos y nucleares.
El miércoles, el responsable de Justicia, John Ashcroft, y el director de la CIA, Robert Mueller, advirtieron de que Al Qaeda ha preparado un atentado contra EE UU para tratar de alterar las elecciones del 2 de noviembre y anunciaron "esfuerzos extraordinarios" para proteger próximas citas como la inauguración en Washington del monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial, la reunión del Grupo de los Ocho en Georgia, del 8 al 10 de junio, la fiesta nacional de EE UU el 4 de julio y las convenciones de Boston y Nueva York en julio y agosto. La Casa Blanca aseguró que el Gobierno no exagera con fines electorales, pero Bush se encuentra en su peor momento, con sondeos en los que sólo le respalda entre un 40% y un 46% de la opinión pública, y esas encuestas indican que el presidente es más valorado que Kerry en la lucha contra el terrorismo.
El demócrata necesita reforzar su imagen y aprovechar la fuerte crisis interna del partido republicano por la pérdida de la brújula en Irak. Hasta ahora, Kerry no ha conseguido sacudirse de encima la imagen de veleidoso -le pesan, casi tanto como le ayudan, sus 18 años en el Senado-, pero en un sondeo dado a conocer ayer se descubrió que encabeza las preferencias en 12 de los 16 Estados en los que la lucha será más cerrada en noviembre. Si estos datos -según el responsable de las encuestas, John Zog-by- se mantuvieran y en el resto se repitieran los resultados de 2000, Kerry ganaría a Bush con una ventaja de 102 votos en el Colegio Electoral.
A Kerry aún le queda el cartucho del vicepresidente. En Washington no se apagan las voces de los que quieren que sea el republicano John McCain, muy popular, pero que ha dicho que no estará en el ticket.
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