Perú muestra en una exposición el gran mestizaje de su legado cultural
350 piezas componen la exhibición de arte indígena y virreinal inaugurada en Barcelona
El sagrado sol de los incas sigue destellando en la custodia de la eucaristía virreinal. El sincretismo cultural y el mestizaje como elemento positivo de primer orden en el desarrollo de la civilización son dos de las ideas básicas de la formidable, apabullante exposición Perú indígena y virreinal, que fue inaugurada ayer en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en Barcelona. Organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex) y el Instituto Nacional de Cultura de Perú (INC), la exhibición muestra 350 piezas de extraordinario valor histórico y artístico.
La muestra, que está asociada al Fórum y podrá visitarse hasta el 15 de agosto, fue inaugurada por la esposa del presidente peruano Alejandro Toledo, Eliane Karp. Perú indígena y virreinal podrá verse después del verano en Madrid (Biblioteca Nacional) y en Washington (National Geographic Museum). Ha costado 1,5 millones de euros e incluye piezas que jamás habían salido de Perú.
El fulgor del oro y la fría luminosidad de la plata atraviesan toda la exposición, rebosante de misterio y de belleza. Desde las primeras culturas indígenas de la época chavin (1500 antes de Cristo-500 a. C.) hasta la época virreinal (1533-1821) pasando por el periodo inca (1450-1533), la exhibición, ordenada cronológicamente y con el añadido de ámbitos temáticos (religión y cosmogonías prehispánicas; territorio, ciudad y arquitectura virreinales; Lima, ciudad ilustrada), ofrece un recorrido con hitos tan sensacionales como un collar mochica con gruesas cuentas en forma de frutos de cacao de oro, los célebres mantos funerarios paracas de pelo de llama y algodón con motivos de loros y guerreros, una nariguera vicús de oro o los pachecos (vasijas) con forma de soldados hallados en número de hasta 50 en los enterramientos wari y que pueden compararse por su función con los famosos guerreros de terracota chinos con los que, precisamente, comparten estancia en Barcelona.
El granadino Rafael López Guzmán, comisario de la exposición junto al peruano Juan M. Ossio, señaló cómo desde la matriz de chavin las culturas se van uniendo y superponiendo incesantemente. "El legado de Perú es una urdimbre de elementos culturales que van pasando de generación en generación, con constantes como el culto al sol o el trabajo en oro y plata, básicos para entender la continuidad cultural. No hay ruptura entre la cultura de chavin y el siglo XVIII, sino fusión y complementariedad", dijo.
La lista de maravillas de la exposición -toda una experiencia estética- es larguísima: una camisa ceremonial chimú de cobre dorado, un collar lambayeque con cuentas de oro que representan batracios, una poderosa cabeza escultórica de la misma cultura en oro, un puma inca de basalto, un quipú (las cuerdas anudadas que eran el sistema de anotación de esa civilización), recipientes nascas en forma de vagina o la figura de una vicuña preñada.
Entre los tesoros de la exhibición hay que contar sin duda la máscara funeraria de cobre mochica que es el emblema de la exposición, otra máscara, lambayeque, muy grande y de oro repujado, o las cuentas de collar de oro en forma de búho -ave tenida por los mochica como emisaria del inframundo- que pertenecen al mismo complejo cultural de las tumbas reales de Sipán.
El ámbito dedicado al momento de fusión de las culturas indígenas y española presenta cosas tan asombrosas como un óleo que muestra al niño Jesús con atuendo de inca -esta iconografía sincrética, alentada por los jesuitas, fue luego vista como herética y prohibida- o la enorme pintura de los esponsales de don Martín de Loyola, sobrino de San Ignacio, con doña Lorenza Ñusta, descendiente imperial inca, que ya es sincretismo.
Un lienzo de la escuela cusqueña que muestra una genealogía de los grandes incas con los monarcas españoles como sus legítimos sucesores imperiales y el valiosísimo manuscrito de 1590 de Martín de Murúa Historia del origen y genealogía real de los Incas del Perú, procedente de una colección particular de Irlanda, son otros de los tesoros de la exposición, que dedica un espacio a mostrar cómo la devoción en el virreinato del Perú a la eucaristía y las manifestaciones culturales y artísticas derivadas de ésta estaban enraizadas en la fiesta tradicional inca en honor del sol denominada Inti Raymi.
Los amplios ámbitos de la exhibición dedicados al virreinato contienen pintura (incluidos varios de los conocidos arcángeles), orfebrería de gran barroquismo, escultura y mobiliario, como una espectacular silla de mano de madera con pinturas.
El MNAC ha añadido de sus fondos una sección dedicada al virrey Amat, Felipe Manuel Cayatano de Amat y de Junyent, nacido en Vacarisses, en el Vallés, y que durante 15 años gobernó el virreinato de Perú.
Babelia
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