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Reportaje:

Los Baroja quieren asentar en Bera un museo sobre la historia de la familia

El Gobierno navarro acepta estudiar la propuesta para exhibir los fondos artísticos y documentales de la familia

Los Baroja quieren asentar un museo de la saga en Bera de Bidasoa. Han puesto sus ojos en un viejo edificio en venta que amenaza ruina y que mira frente a frente a Itzea, el caserío que la familia adquirió en 1912 y que ha constituido un punto de referencia artístico, literario y personal de primera magnitud en el quehacer de los miembros de la estirpe.

"Por cuatro perras gordas podría arreglarse esa casa", ha asegurado esta semana Pío Caro (Madrid, 1928). Lo dijo en presencia del consejero navarro de Cultura, Juan Ramón Corpas, y delante de los medios de comunicación, reclamando la ayuda económica pública. "Es la primera vez que se negocia una cosa así ante los periodistas", bromeó Corpas, para, a renglón seguido, reafirmar la "disposición" del Ejecutivo navarro a colaborar en que el sueño de la familia, expresado por el último de sus grandes creadores, Pío Caro, se haga realidad. "Del Gobierno y de otras instituciones", aclaró el consejero a la hora de situar la negociación en sus actuales términos.

El embrujo

Pío aprovechó un momento dulce para involucrar a las instituciones, la inauguración en el Archivo de Navarra, en Pamplona,de la exposición El embrujo de los Baroja, organizado por el Gobierno foral. La muestra exhibe hasta el próximo mes de diciembre 108 piezas de la familia, auténticas joyas documentales y artísticas que los Baroja quisieran ver depositadas en el futuro museo de Bera.

Itzea permanece cerrada desde 2003. El caserío sufrió un robo y desde entonces prácticamente nadie puede acceder a él. "No podíamos atender a la gente como deseábamos. Llegaban personas mayores, tras varias horas de viaje y se metían en los baños a orinar, lo hacían hasta en las bañeras. En una ocasión, una mujer me pidió que le friera un huevo porque tenía hambre...". Las anécdotas se suceden en boca del editor, escritor y director cinematográfico Pío Caro, el último representante ilustre de una dinastía que posee tesoros culturales y artísticos.

En el Archivo de Moneo se exponen algunos. Cuadros, dibujos, esculturas, aguafuertes y manuscritos, galeradas, cartas, ensayos, ediciones dedicadas y fotografías que pertenecieron a Pío Baroja Nessi (San Sebastián, 1872; Madrid, 1956), y a sus hermanos Ricardo (Minas de Río Tinto, 1871; Bera, 1953) y Carmen (Pamplona, 1883; Bera, 1950), así como de los hijos de ésta, Julio Caro Baroja (Madrid, 1914; Bera, 1995) y Pío Caro (Madrid, 1928).

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Esas piezas podrían recalar definitivamente en Bera. Manuscritos de Pío Baroja y Julio Caro, grabados de Ricardo, dibujos de Julio, estudios etnográficos, piezas repujadas de Carmen Baroja, fotografías del más íntimo ámbito familiar, libros dedicados de Azorín, Benito Pérez Galdos, Ramón Gómez de la Serna, José Ortega y Gasset, Santiago Ramón y Cajal, Miguel Delibes y Camilo José Cela. Hay piezas de valor excepcional como un ejemplar de la primera edición de La familia de Pascual Duarte, impreso por la editorial madrileña Aldekoa en 1942. Cela se lo dedicó "a mi amigo" Pío Baroja, que se había negado a prolongar la obra. En otras vitrinas se aprecia el manuscrito de Las inquietudes de Shanti Andía (Bidart, 1910) o las galeradas de La leyenda de Jaun de Alzate, corregidas a pluma por Pío Baroja.

La familia sigue ocupando Itzea en la temporada estival. Hace ya tiempo que el Ayuntamiento instaló rótulos para orientar a los visitantes que buscan un edificio que es ya de por sí un auténtico museo. Pero la idea de Pío Caro es acondicionar el caserío situado enfrente para exhibir de forma permanente los fondos acumulados en más de un siglo por todos los descendientes de Serafín Baroja y Carmen Nessi. "Pío Baroja fue guipuzcoano. Nació en San Sebastián y los guipuzcoanos le miman y están tras él. Lógico", reflexiona Pío Caro. "Pero Itzea es una casa navarra y el museo incorporaría a Pío, a Ricardo, a Carmen, a mi hermano Julio Caro y a mí a Navarra de forma razonada y definitiva", añade el investigador. "Yo sigo con mi vieja idea y la sacaré adelante", sentencia el último de los Baroja.

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