EE UU rompe con su gran aliado en Irak
Bush se reúne con los republicanos del Congreso para aplacar la preocupación sobre la guerra
El Gobierno estadounidense y Ahmed Chalabi han roto definitivamente sus relaciones. Lo que ayer culminó la ruptura fue el registro de la casa del líder del Congreso Nacional Iraquí (CNI), hasta hace poco el hombre de EE UU en Irak. La semana pasada, la Administración de Bush -que siguió ciegamente las orientaciones del CNI para construir el argumento de las armas de destrucción masiva y lanzar la guerra- cortó la financiación que les proporcionaba después de que Chalabi condenara las negociaciones para formar el nuevo Gobierno provisional y se aproximara a Irán.
Enfurecido por el registro, Chalabi dijo ayer: "Damos las gracias por la ocupación para liberar Irak, pero es hora de que los iraquíes se ocupen de sus asuntos".
La última crisis coincide con una situación política en Washington tan delicada que Bush, acompañado del vicepresidente Cheney, tuvo que reunirse ayer con los republicanos del Congreso para convencerles de que el panorama no es tan catastrófico como parece. La situación puede variar a muy corto plazo si se confirma que existen documentos filtrados por jefes militares del Pentágono en los que aparecen -firmadas por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld- las instrucciones para endurecer los interrogatorios de los presos en Irak. El miércoles, seis senadores republicanos pidieron a Bush que forzara la dimisión de Rumsfeld. El presidente aseguró ayer a los congresistas que los iraquíes iban a estar en condiciones de asumir la soberanía dentro de 40 días, pero que la violencia va a empeorar a medida que se acerca la fecha del 30 de junio y después.
"Que dejen que mi pueblo sea libre", dijo en Bagdad Chalabi, que no podía ocultar su irritación: "Estaba dormido; abrí la puerta y la policía entró en mi casa empuñando pistolas. Recorrieron todas las habitaciones y cuando les dije que se fueran, me contestaron que eran 'esclavos que cumplían órdenes". Las cámaras que entraron después recogieron la imagen de un retrato del propio Chalabi con el cristal roto y el agujero de un disparo de bala en la frente.
Para Chalabi -que acaba de ver cómo el Pentágono ha cortado la financiación de 340.000 dólares mensuales- el registro es "el penúltimo fracaso de la Autoridad Provisional de la Coalición en Irak" y dijo que sus relaciones con la Autoridad son "inexistentes". "Cuando América trata así a sus amigos, es que tienen un grave problema", añadió el miembro del Consejo Provisional de Gobierno, que aseguró que la coalición está molesta con él porque quiere que el futuro Gobierno tenga pleno control del Ejército iraquí.
El portavoz de la Coalición, Dan Senor, declinó dar explicaciones y dijo que se trató de una iniciativa de la policía iraquí, que tenía una orden de registro. Además del gran despliegue de policías y soldados, en la zona había norteamericanos vestidos de civil, según testigos citados por las agencias. Fueron confiscados "documentos, ordenadores, un ejemplar del Corán y otros objetos personales", según Chalabi. Según un juez iraquí, las órdenes de registro estaban dirigidas contra varias personas acusadas de apropiación de vehículos públicos, fraude y secuestro.
Chalabi, ex banquero condenado en Jordania a 22 años de cárcel por fraude, se convirtió en el hombre del Pentágono durante los preparativos de la guerra y en la posguerra. Dio información sobre los arsenales de armas de Sadam que luego se ha demostrado exagerada o falsa, como el propio secretario de Estado, Colin Powell, dijo el domingo pasado. Además del escándalo político que le supone ahora el haber basado en parte las decisiones sobre la guerra en estas fuentes, el Gobierno de Bush se ha visto desagradablemente sorprendido por la aproximación de Chalabi a Irán y por las informaciones publicadas en un diario árabe de que habría formado una coalición, el Consejo Político Chií, con un grupo que se presenta como el Hezbolá de Irak.
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